Un problema de perspectiva
Milagros García KlibanskyCaminaba por la calle y de pronto comenzó a llover, algunas gotas de agua salpicaron mis espejuelos, me los quité y de pronto la calle que yo veía tan lejos a mis pies, se me acercó.
Son tan pocas las veces que me quito mis espejuelos, generalmente solo para bañarme y dormir, que he perdido la verdadera noción de mi estatura y me siento alta, pero en ese instante, en que me quité los espejuelos, tuve la percepción de cuan pequeña soy y esto no quiere decir que no hayan personas más pequeñas, no, si me comparo con ellas siempre salgo ganando, más si me comparo, por ejemplo, con una basquetbolista profesional, ¡Uf! Ni modo, de nuevo digo, ¡Cuán pequeña soy!