¿Le diste nombre a tu petición?
Andrés Cisterna(Audio: Español)
Cuando el Espíritu Santo se mueve, inevitablemente el espíritu del hombre empieza a percibirlo. Él está trayendo una fuente de alegría, una frescura, un bálsamo sanador, restaurador, al corazón herido. Está devolviendo la Fe, al que había perdido la Fe se la está devolviendo. Está diciendo “aquí estoy yo, no me he olvidado de ti, nunca me he ido de tu lado”.
El evangelio según San Lucas, en el capítulo 1, en el versículo 12 al 17, es una referencia que tengo con respecto a este pensamiento. Dice: “Y se turbó Zacarías al verle y le sobrecogió temor, pero el ángel le dijo ‘Zacarías no temas, porque tu oración ha sido oída’, así que ponga su nombre ahí. Y el ángel le dijo, Pedro, Juan, María, Leonor, Roberto, no temas, porque tu oración ha sido oída. Póngale su nombre ahí, saque el nombre de Zacarías y póngale su nombre.