Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces Manoa imploró al SEÑOR, y dijo: "Te ruego Señor, que el hombre de Dios que Tú enviaste venga otra vez a nosotros, para que nos enseñe lo que hemos de hacer con el niño que ha de nacer." (Judges 13:8)
Dios escuchó la voz de Manoa. Y el ángel de Dios vino otra vez a la mujer cuando estaba sentada en el campo; pero Manoa su marido no estaba con ella. (Judges 13:9)
La mujer corrió rápidamente y avisó a su marido, y le dijo: "Ven, se me ha aparecido el hombre que vino el otro día." (Judges 13:10)
Manoa se levantó y siguió a su mujer, y cuando llegó al hombre, le dijo: "¿Eres el hombre que habló a la mujer?" "Yo soy," respondió él.
Y Manoa le preguntó: "Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser el modo de vivir del muchacho y cuál su vocación?" (Judges 13:12)
Y el ángel del SEÑOR contestó a Manoa: "Que la mujer atienda a todo lo que le dije. (Judges 13:13)
No comerá nada que venga de la vid, no beberá vino ni licor, ni comerá nada inmundo. Ella deberá guardar todo lo que le he ordenado." (Judges 13:14)

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