Bendijeron a Rebeca y le dijeron: "Que tú, hermana nuestra, Te conviertas en millares de miríadas, Y posean tus descendientes La puerta de los que los aborrecen."
(Genesis 24:60)
Rebeca se levantó con sus doncellas y, montadas en los camellos, siguieron al hombre. El siervo, pues, tomó a Rebeca y se fue.
(Genesis 24:61)
Isaac había venido a Beer Lajai Roi, pues habitaba en la tierra del Neguev (región del sur).
(Genesis 24:62)
Y por la tarde Isaac salió al campo a meditar. Alzó los ojos y vio que venían unos camellos.
Rebeca alzó los ojos, y cuando vio a Isaac, bajó del camello,
(Genesis 24:64)
y dijo al siervo: "¿Quién es ese hombre que camina por el campo a nuestro encuentro?" "Es mi señor," le respondió el siervo. Y ella tomó el velo y se cubrió.
(Genesis 24:65)
El siervo contó a Isaac todo lo que había hecho.
(Genesis 24:66)
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Me acuerdo de los días antiguos; En todas Tus obras medito, Reflexiono en la obra de Tus manos.
(Psalm 143:5)
Meditaré en Tus preceptos, Y consideraré Tus caminos.
(Psalm 119:15)
Me acordaré de las obras del SEÑOR; Ciertamente me acordaré de Tus maravillas antiguas.
(Psalm 77:11)
Hazme entender el camino de Tus preceptos, Y meditaré en Tus maravillas.
(Psalm 119:27)
En el glorioso esplendor de Tu majestad, Y en Tus obras maravillosas meditaré.
(Psalm 145:5)
¡Cuán preciosos también son para mí, oh Dios, Tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos!
(Psalm 139:17)
Séale agradable mi meditación; Yo me alegraré en el SEÑOR.
(Psalm 104:34)
Sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, Y en Su ley medita de día y de noche!
(Psalm 1:2)
Levantaré mis manos a Tus mandamientos, Los cuales amo, Y meditaré en Tus estatutos.
(Psalm 119:48)
Este Libro de la Ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito. Porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.
(Joshua 1:8)