Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces el SEÑOR habló a Josué y le dijo: (Joshua 20:1)
Diles a los Israelitas: 'Designen las ciudades de refugio de las cuales les hablé por medio de Moisés, (Joshua 20:2)
para que huya allí el que haya matado a cualquier persona sin intención y sin premeditación. Ellas les servirán a ustedes de refugio contra el vengador de la sangre. (Joshua 20:3)
El que busca refugio huirá a una de estas ciudades, se presentará a la entrada de la puerta de la ciudad y expondrá su caso a oídos de los ancianos de la ciudad. Estos lo llevarán con ellos dentro de la ciudad y le darán un lugar para que habite en medio de ellos.
Y si el vengador de la sangre lo persigue, ellos no entregarán al acusado en su mano, porque hirió a su prójimo sin premeditación y sin odiarlo de antemano. (Joshua 20:5)
Habitará en esa ciudad hasta que comparezca en juicio delante de la congregación, y hasta la muerte del que sea sumo sacerdote en aquellos días. Entonces el refugiado volverá a su ciudad y a su casa, a la ciudad de donde huyó.'" (Joshua 20:6)
Entonces ellos separaron a Cedes en Galilea, en la región montañosa de Neftalí, y a Siquem en la región montañosa de Efraín, y a Quiriat Arba, es decir, Hebrón, en la región montañosa de Judá. (Joshua 20:7)

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Joshua 20:4 - Cross Reference

No juntes mi alma con pecadores, Ni mi vida con hombres sanguinarios, (Psalm 26:9)
Cuando yo salía a la puerta de la ciudad, Cuando en la plaza tomaba mi asiento, (Job 29:7)
Su marido es conocido en las puertas de la ciudad, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra. (Proverbs 31:23)
a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, los que hemos buscado refugio seamos grandemente animados para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. (Hebrews 6:18)
Booz subió a la puerta y allí se sentó, y cuando el pariente más cercano de quien Booz había hablado iba pasando, le dijo: "Oye, amigo, ven acá y siéntate." Y él vino y se sentó. (Ruth 4:1)
Ebed Melec el Etíope, eunuco del palacio del rey, oyó que habían echado a Jeremías en la cisterna. Estando el rey sentado a la Puerta de Benjamín, (Jeremiah 38:7)
Sus hijos no tienen seguridad alguna, Aun en la puerta (de la ciudad) son oprimidos, Y no hay quien los libre. (Job 5:4)