Y el SEÑOR dijo a Moisés: "Toma a todos los jefes del pueblo y ejecútalos delante del SEÑOR a plena luz del día, para que se aparte de Israel la ardiente ira del SEÑOR."
(Numbers 25:4)Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: "Cada uno de ustedes mate a aquéllos de los suyos que se han unido a Baal de Peor."
(Numbers 25:5)Entonces un hombre, uno de los Israelitas, vino y presentó una Madianita a sus parientes, a la vista de Moisés y a la vista de toda la congregación de los Israelitas, que lloraban a la puerta de la tienda de reunión.
(Numbers 25:6)Cuando lo vio Finees, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, se levantó de en medio de la congregación, y tomando una lanza en su mano,
fue tras el hombre de Israel, entró en la alcoba y los traspasó a los dos, al hombre de Israel y a la mujer por su vientre. Y así cesó la plaga sobre los Israelitas.
(Numbers 25:8)Y los que murieron por la plaga fueron 24,000.
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y Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, estaba delante de ella para ministrar en aquellos días y preguntó: "¿Volveré a salir otra vez a combatir contra los hijos de mi hermano Benjamín, o desistiré?" Y el SEÑOR respondió: "Suban, porque mañana lo entregaré en tu mano."
(Judges 20:28)Cuando el sacerdote Finees y los principales de la congregación, es decir, las cabezas de las familias de Israel que estaban con él, oyeron las palabras que dijeron los Rubenitas, los Gaditas y la media tribu de Manasés, les pareció bien.
(Joshua 22:30)Eleazar, hijo de Aarón, tomó por mujer a una de las hijas de Futiel, y ella dio a luz a Finees. Estos son los jefes de las casas paternas de los Levitas, según sus familias.
(Exodus 6:25)Y vino un espíritu malo de parte del SEÑOR sobre Saúl; y estaba él sentado en su casa con su lanza en la mano mientras David tocaba el arpa .
(1 Samuel 19:9)Entonces Finees se levantó e intervino, Y cesó la plaga.
(Psalm 106:30)Y aconteció al día siguiente que un espíritu malo de parte de Dios se apoderó de Saúl, y éste deliraba en medio de la casa, mientras David tocaba el arpa con su mano como de costumbre. Saúl tenía la lanza en la mano,
(1 Samuel 18:10)