Así pues, todo el diezmo de la tierra, de la semilla de la tierra o del fruto del árbol, es del SEÑOR; es cosa consagrada al SEÑOR.
(Leviticus 27:30)Y si un hombre quiere redimir parte de su diezmo, le añadirá la quinta parte.
(Leviticus 27:31)Todo diezmo del ganado o del rebaño, o sea, de todo lo que pasa debajo del cayado, la décima cabeza será cosa consagrada al SEÑOR.
(Leviticus 27:32)No debe considerar si es bueno o malo, tampoco lo cambiará; si lo cambia, tanto el animal como su sustituto serán sagrados. No podrán ser redimidos.'"
Estos son los mandamientos que el SEÑOR ordenó a Moisés para los Israelitas en el Monte Sinaí.
(Leviticus 27:34)El SEÑOR habló a Moisés en el desierto de Sinaí, en la tienda de reunión, el primer día del mes segundo, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto y le dijo:
(Numbers 1:1)Haz un censo de toda la congregación de los Israelitas por sus familias, por sus casas paternas, según el número de los nombres, de todo varón, uno por uno;
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No lo reemplazará ni lo cambiará, el bueno por el malo, o el malo por el bueno; pero si cambia un animal por otro animal, entonces ambos, el animal y su sustituto serán sagrados.
(Leviticus 27:10)