Lo designarás, si el anciano es irreprensible, marido de una sola mujer, que tenga hijos creyentes, no acusados de disolución ni de rebeldía.
(Titus 1:6)Porque el obispo (supervisor) debe ser irreprensible como administrador de Dios, no obstinado, no iracundo, no dado a la bebida, no pendenciero, no amante de ganancias deshonestas.
(Titus 1:7)Antes bien, debe ser hospitalario, amante de lo bueno, prudente, justo, santo, dueño de sí mismo.
(Titus 1:8)Debe retener la palabra fiel que es conforme a la enseñanza, para que sea capaz también de exhortar con sana doctrina y refutar a los que contradicen.
Porque hay muchos rebeldes, habladores vanos y engañadores, especialmente los de la circuncisión (Judíos convertidos),
(Titus 1:10)a quienes es preciso tapar la boca, porque están trastornando familias enteras, enseñando por ganancias deshonestas, cosas que no deben.
(Titus 1:11)Uno de ellos, su propio profeta, dijo: "Los Cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos."
(Titus 1:12)Other publications related to "Titus 1:9":
Titus 1:9 - Cross Reference
No obstante, lo que tienen, reténganlo hasta que Yo venga.
(Revelation 2:25)Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntete. Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
(Revelation 3:3)Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero.
(1 Timothy 1:15)porque refutaba vigorosamente en público a los Judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo (el Mesías).
(Acts 18:28)Retén la norma de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor en Cristo Jesús.
(2 Timothy 1:13)Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, conforme a sus propios deseos, acumularán para sí maestros,
(2 Timothy 4:3)Vengo pronto. Retén firme lo que tienes, para que nadie tome tu corona.
(Revelation 3:11)Me aferraré a mi justicia y no la soltaré. Mi corazón no reprocha ninguno de mis días.
(Job 27:6)guardando la fe y una buena conciencia, que algunos han rechazado y naufragaron en lo que toca a la fe.
(1 Timothy 1:19)a quienes es preciso tapar la boca, porque están trastornando familias enteras, enseñando por ganancias deshonestas, cosas que no deben.
(Titus 1:11)Si alguien enseña una doctrina diferente y no se conforma a las sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,
(1 Timothy 6:3)Amados, por el gran empeño que tenía en escribirles acerca de nuestra común salvación, he sentido la necesidad de escribirles exhortándolos a luchar ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos.
(Jude 1:3)Debe reprender tiernamente a los que se oponen, por si acaso Dios les da el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la verdad,
(2 Timothy 2:25)para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina,
(1 Timothy 1:10)Palabra fiel es ésta , y digna de ser aceptada por todos.
(1 Timothy 4:9)Muéstrate en todo como ejemplo de buenas obras, con pureza de doctrina, con dignidad,
(Titus 2:7)Compra la verdad y no la vendas, Adquiere sabiduría, instrucción e inteligencia.
(Proverbs 23:23)Pero si todos profetizan, y entra un incrédulo, o uno sin ese don, por todos será convencido, por todos será juzgado.
(1 Corinthians 14:24)Y lo que has oído de mí en la presencia de muchos testigos, eso encarga (confía) a hombres fieles que sean capaces de enseñar también a otros.
(2 Timothy 2:2)Pero en cuanto a ti, enseña lo que está de acuerdo con la sana doctrina:
(Titus 2:1)Y el SEÑOR dijo a Satanás: "¿Te has fijado en Mi siervo Job? Porque no hay otro como él sobre la tierra; es un hombre intachable (íntegro), recto, temeroso de Dios y apartado del mal. El todavía conserva su integridad a pesar de que tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa."
(Job 2:3)Así que, hermanos, estén firmes y conserven (retengan) las doctrinas que les fueron enseñadas, ya de palabra, ya por carta nuestra.
(2 Thessalonians 2:15)