para que su profunda satisfacción por mí abunde en Cristo Jesús a causa de mi visita otra vez a ustedes.
(Philippians 1:26)
Solamente compórtense de una manera digna del evangelio de Cristo, de modo que ya sea que vaya a verlos, o que permanezca ausente, pueda oír que ustedes están firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio.
(Philippians 1:27)
De ninguna manera estén atemorizados por sus adversarios, lo cual es señal de perdición para ellos, pero de salvación para ustedes, y esto, de Dios.
(Philippians 1:28)
Porque a ustedes se les ha concedido por amor de Cristo, no sólo creer en El, sino también sufrir por El,
teniendo el mismo conflicto que vieron en mí, y que ahora oyen que está en mí.
(Philippians 1:30)
Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto y compasión,
(Philippians 2:1)
hagan completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito.
(Philippians 2:2)
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Bienaventurados serán cuando los insulten y persigan, y digan todo género de mal contra ustedes falsamente, por causa de Mí.
(Matthew 5:11)
fortaleciendo los ánimos (las almas) de los discípulos, exhortándolos a que perseveraran en la fe, y diciendo: "Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios."
(Acts 14:22)
Antes bien, en la medida en que comparten los padecimientos de Cristo, regocíjense, para que también en la revelación de Su gloria se regocijen con gran alegría.
(1 Peter 4:13)
Tengan por sumo gozo, hermanos míos, cuando se hallen en diversas pruebas (tentaciones),
(James 1:2)
Cuando llegaron y reunieron a la iglesia, informaron de todas las cosas que Dios había hecho con ellos, y cómo había abierto a los Gentiles la puerta de la fe.
(Acts 14:27)
Los apóstoles, pues, salieron de la presencia del Concilio (Sanedrín), regocijándose de que hubieran sido considerados dignos de sufrir afrenta por Su Nombre.
(Acts 5:41)
Nadie puede venir a Mí si no lo trae el Padre que Me envió, y Yo lo resucitaré en el día final.
(John 6:44)
Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios;
(Ephesians 2:8)
Pero a todos los que Lo recibieron, les dio el derecho (el poder) de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre,
(John 1:12)
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia (perseverancia);
(Romans 5:3)