Así pues, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios.
(Ephesians 2:19)
Están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular,
(Ephesians 2:20)
en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor.
(Ephesians 2:21)
En Cristo también ustedes son juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
Por esta causa yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por amor de ustedes los Gentiles
(Ephesians 3:1)
si en verdad han oído de la dispensación de la gracia de Dios que me fue dada para ustedes;
(Ephesians 3:2)
que por revelación me fue dado a conocer el misterio, tal como antes les escribí brevemente.
(Ephesians 3:3)
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En esto sabemos que permanecemos en El y El en nosotros: en que nos ha dado de Su Espíritu.
(1 John 4:13)
¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: "HABITARE EN ELLOS, Y ANDARE ENTRE ELLOS; Y SERE SU DIOS, Y ELLOS SERAN MI PUEBLO.
(2 Corinthians 6:16)
¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos?
(1 Corinthians 6:19)
de manera que Cristo habite por la fe en sus corazones. También ruego que arraigados y cimentados en amor,
(Ephesians 3:17)
Y viniendo a El, como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios,
(1 Peter 2:4)
El que guarda Sus mandamientos permanece en El y Dios en él. Y en esto sabemos que El permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.
(1 John 3:24)
Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él.
(1 John 4:16)
Sin embargo, ustedes no están en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en ustedes. Pero si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El.
(Romans 8:9)
es decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni Lo ve ni Lo conoce, pero ustedes sí Lo conocen porque mora con ustedes y estará en ustedes.
(John 14:17)
¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?
(1 Corinthians 3:16)
para que todos sean uno. Como Tú, oh Padre, estás en Mí y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú Me enviaste.
(John 17:21)