para que nadie diga que fueron bautizados en mi nombre.
(1 Corinthians 1:15)
También bauticé a los de la casa de Estéfanas; por lo demás, no sé si bauticé a algún otro.
(1 Corinthians 1:16)
Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio (anunciar las buenas nuevas), no con palabras elocuentes, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
(1 Corinthians 1:17)
Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios.
Porque está escrito: "DESTRUIRE LA SABIDURIA DE LOS SABIOS, Y EL ENTENDIMIENTO DE LOS INTELIGENTES DESECHARE."
(1 Corinthians 1:19)
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el que sabe discutir en este siglo (mundo)? ¿No ha hecho Dios que la sabiduría de este mundo sea necedad?
(1 Corinthians 1:20)
Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios por medio de su propia sabiduría, agradó a Dios mediante la necedad de la predicación salvar a los que creen.
(1 Corinthians 1:21)
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1 Corinthians 1:18 - Cross Reference
alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos.
(Acts 2:47)
Cuando oyeron de la resurrección de los muertos, algunos se burlaban, pero otros dijeron: "Le escucharemos otra vez acerca de esto."
(Acts 17:32)
y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, porque no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
(2 Thessalonians 2:10)
MIREN, BURLADORES, MARAVILLENSE Y PEREZCAN; PORQUE YO HAGO UNA OBRA EN SUS DIAS, UNA OBRA QUE USTEDES NUNCA CREERIAN AUNQUE ALGUIEN SE LA DESCRIBIERA.'"
(Acts 13:41)
Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del Judío primeramente y también del Griego.
(Romans 1:16)
Porque nada me propuse saber entre ustedes excepto a Jesucristo, y Este crucificado.
(1 Corinthians 2:2)
El SEÑOR extenderá desde Sion Tu poderoso cetro, diciendo: "Domina en medio de Tus enemigos."
(Psalm 110:2)
Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios. Pues escrito está: "El es EL QUE PRENDE A LOS SABIOS EN SU propia ASTUCIA."
(1 Corinthians 3:19)
Los que desean agradar en la carne tratan de obligarlos a que se circunciden, simplemente para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo.
(Galatians 6:12)
pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los Judíos, y necedad para los Gentiles.
(1 Corinthians 1:23)
Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque son cosas que se disciernen (se examinan) espiritualmente.
(1 Corinthians 2:14)
Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;
(2 Corinthians 10:4)
También discutían con él algunos de los filósofos Epicúreos y Estoicos. Y algunos decían: "¿Qué quiere decir este palabrero?" "Parece ser un predicador de divinidades extrañas," decían otros; porque les predicaba a (anunciaba el evangelio de) Jesús y la resurrección.
(Acts 17:18)
Porque fragante aroma de Cristo somos para Dios entre los que se salvan y entre los que se pierden.
(2 Corinthians 2:15)
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir (juzgar) los pensamientos y las intenciones del corazón.
(Hebrews 4:12)
por el cual también son salvos, si retienen la palabra que les prediqué (anuncié), a no ser que hayan creído en vano.
(1 Corinthians 15:2)
Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios por medio de su propia sabiduría, agradó a Dios mediante la necedad de la predicación salvar a los que creen.
(1 Corinthians 1:21)
Y si todavía nuestro evangelio está velado, para los que se pierden está velado,
(2 Corinthians 4:3)
porque nuestro evangelio no vino a ustedes solamente en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo y con plena convicción; como saben qué clase de personas demostramos ser entre ustedes por el amor que les tenemos.
(1 Thessalonians 1:5)