Nueva Biblia Latinoamericana
Muy cierto. Fueron desgajadas por su incredulidad, pero tú por la fe te mantienes firme. No seas altanero, sino teme; (Romans 11:20)
porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará. (Romans 11:21)
Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: severidad para con los que cayeron, pero para ti, bondad de Dios si permaneces en Su bondad. De lo contrario también tú serás cortado. (Romans 11:22)
Y también ellos, si no permanecen en su incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para injertarlos de nuevo.
Porque si tú fuiste cortado de lo que por naturaleza es un olivo silvestre, y contra lo que es natural fuiste injertado en un olivo cultivado, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo? (Romans 11:24)
Porque no quiero, hermanos, que ignoren este misterio, para que no sean sabios en su propia opinión: que a Israel le ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que haya entrado la plenitud de los Gentiles. (Romans 11:25)
Así, todo Israel será salvo, tal como está escrito: "EL LIBERTADOR VENDRA DE SION; APARTARA LA IMPIEDAD DE JACOB. (Romans 11:26)

Other publications related to "Romans 11:23":

Dr. Roberto Miranda
God always has a way out
In this article, Dr. Roberto Miranda talks about how God always has a way out for us, even in difficult situations. He emphasizes the importance of believing in God and never giving up, and how this applies to all dimensions of our lives.


Dr. Roberto Miranda
The consequences of being unbelieving and doubting the Word of God
The consequences of being unbelieving and doubting the Word of God - Dr. Roberto Miranda discusses the importance of not falling into unbelief and resisting Gods move, as well as preparing ourselves for the coming move of God.


Romans 11:23 - Cross Reference

Porque les digo que desde ahora en adelante no Me verán más hasta que digan: 'BENDITO AQUEL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR.'" (Matthew 23:39)
Y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén, el Espíritu de gracia y de súplica, y Me mirarán a Mí, a quien han traspasado. Y se lamentarán por El, como quien se lamenta por un hijo único, y llorarán por El, como se llora por un primogénito. (Zechariah 12:10)
Pero cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. (2 Corinthians 3:16)