Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada.
(Romans 8:18)
Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios.
(Romans 8:19)
Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de Aquél que la sometió, en la esperanza
(Romans 8:20)
de que la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios.
Pues sabemos que la creación entera gime y sufre hasta ahora dolores de parto.
(Romans 8:22)
Y no sólo ella , sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo.
(Romans 8:23)
Porque en esperanza hemos sido salvados, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve?
(Romans 8:24)
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Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios.
(Romans 8:19)
A El el cielo debe recibir hasta el día de la restauración de todas las cosas, acerca de lo cual Dios habló por boca de Sus santos profetas desde tiempos antiguos.
(Acts 3:21)
Ya no habrá más maldición. El trono de Dios y del Cordero estará allí, y Sus siervos Le servirán.
(Revelation 22:3)
Pero, según Su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia.
(2 Peter 3:13)
Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe.
(Revelation 21:1)