El estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de El, y el mundo no Lo conoció.
(John 1:10)A lo Suyo vino, y los Suyos no Lo recibieron.
(John 1:11)Pero a todos los que Lo recibieron, les dio el derecho (el poder) de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre,
(John 1:12)que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.
El Verbo (La Palabra) se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito (único) del Padre, lleno de gracia y de verdad.
(John 1:14)Juan dio testimonio de El y clamó: "Este era del que yo decía: 'El que viene después de mí, es antes de mí (tiene un rango más elevado que yo), porque era primero que yo.'"
(John 1:15)Pues de Su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia.
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Y ahora, hijos, permanezcan en El, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de El avergonzados en Su venida.
(1 John 2:28)y no piensen que pueden decirse a sí mismos: 'Tenemos a Abraham por padre,' porque les digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras.
(Matthew 3:9)Prepárame un buen guisado como a mí me gusta, y tráemelo para que yo coma, y que mi alma te bendiga antes que yo muera."
(Genesis 27:4)deseen como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcan para salvación,
(1 Peter 2:2)Isaac tembló con un estremecimiento muy grande, y dijo: "¿Quién fue entonces el que trajo caza, antes de que tú vinieras, y me la trajo y yo comí de todo, y lo bendije? Sí, y bendito será."
(Genesis 27:33)Porque Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, para Su buena intención.
(Philippians 2:13)Digo la verdad en Cristo, no miento, dándome testimonio mi conciencia en el Espíritu Santo,
(Romans 9:1)Todo aquél que cree que Jesús es el Cristo (el Mesías), es nacido de Dios. Todo aquél que ama al Padre, ama al que ha nacido de El.
(1 John 5:1)Los hijos luchaban dentro de ella y ella dijo: "Si esto es así, ¿para qué vivo yo?" Y fue a consultar al SEÑOR.
(Genesis 25:22)Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de Tu poder; En el esplendor de la santidad, desde el seno de la aurora; Tu juventud es para Ti como el rocío.
(Psalm 110:3)Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no peca; sino que Aquél que nació de Dios lo guarda y el maligno no lo toca.
(1 John 5:18)Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por ellos es para su salvación.
(Romans 10:1)El nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo,
(Titus 3:5)En el ejercicio de Su voluntad, El nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que fuéramos las primicias de sus criaturas.
(James 1:18)ni son todos hijos por ser descendientes de Abraham, sino que "POR ISAAC SERA LLAMADA TU DESCENDENCIA."
(Romans 9:7)Isaac amaba a Esaú porque le gustaba lo que cazaba, pero Rebeca amaba a Jacob.
(Genesis 25:28)Ellos Le contestaron: "Somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices Tú: 'Serán libres'?"
(John 8:33)Jesús le contestó: "En verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios."
(John 3:3)Jesús respondió: "En verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.
(John 3:5)Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
(1 John 5:4)Ninguno que es nacido (engendrado) de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él. No puede pecar, porque es nacido de Dios.
(1 John 3:9)Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.
(1 John 4:7)Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,
(1 Peter 1:3)Pues han nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.
(1 Peter 1:23)