Cuando salió de allí, los escribas y los Fariseos comenzaron a acosar en gran manera, y a interrogar minuciosamente a Jesús sobre muchas cosas, (Luke 11:53)

tramando contra El para ver si Lo podían atrapar en algo que dijera. (Luke 11:54)

Entre tanto, una multitud de miles y miles se había reunido, tanto que se atropellaban unos a otros. Jesús comenzó a hablar primero a Sus discípulos: "Cuídense de la levadura de los Fariseos, que es la hipocresía. (Luke 12:1)

Nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse.

Por lo cual, todo lo que han dicho en la oscuridad se oirá a la luz, y lo que han susurrado en las habitaciones interiores, será proclamado desde las azoteas. (Luke 12:3)

Así que Yo les digo, amigos Míos: no teman a los que matan el cuerpo, y después de esto no tienen nada más que puedan hacer. (Luke 12:4)

Pero Yo les mostraré a quién deben temer: teman a Aquél que, después de matar, tiene poder para arrojar al infierno; sí, les digo: ¡A El, teman! (Luke 12:5)

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Luke 12:2 - Cross Reference

el día en que, según mi evangelio, Dios juzgará los secretos de los hombres mediante Cristo Jesús. (Romans 2:16)

Porque nada hay oculto, si no es para que sea manifestado; ni nada ha estado en secreto, sino para que salga a la luz. (Mark 4:22)

Porque todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos estando en el cuerpo, de acuerdo con lo que hizo, sea bueno o sea malo. (2 Corinthians 5:10)

Porque Dios traerá toda obra a juicio, Junto con todo lo oculto, Sea bueno o sea malo. (Ecclesiastes 12:14)

Por tanto, no juzguen antes de tiempo, sino esperen hasta que el Señor venga, el cual sacará a la luz las cosas ocultas en las tinieblas y también pondrá de manifiesto los designios de los corazones. Entonces cada uno recibirá de parte de Dios la alabanza que le corresponda. (1 Corinthians 4:5)

Así que no les tengan miedo, porque nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse. (Matthew 10:26)

Vi un gran trono blanco y a Aquél que estaba sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. (Revelation 20:11)

Pues no hay nada oculto que no haya de ser manifiesto, ni secreto que no haya de ser conocido y salga a la luz. (Luke 8:17)