Enseguida Jesús, dándose cuenta de que había salido poder de El, volviéndose entre la gente, dijo: "¿Quién ha tocado Mi ropa?"
(Mark 5:30)Y Sus discípulos Le dijeron: "Ves que la multitud Te oprime, y preguntas: '¿Quién Me ha tocado?'"
(Mark 5:31)Pero El miraba a su alrededor para ver a la mujer que Lo había tocado.
(Mark 5:32)Entonces la mujer, temerosa y temblando, dándose cuenta de lo que le había sucedido, vino y se postró delante de El y Le dijo toda la verdad.
Hija, tu fe te ha sanado," le dijo Jesús; "vete en paz y queda sana de tu aflicción."
(Mark 5:34)Mientras El estaba todavía hablando, vinieron unos enviados de la casa del oficial de la sinagoga, diciendo: "Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas aún al Maestro?"
(Mark 5:35)Pero Jesús, oyendo lo que se hablaba, dijo al oficial de la sinagoga: "No temas, cree solamente."
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Ella se turbó mucho por estas palabras, y se preguntaba qué clase de saludo sería éste.
(Luke 1:29)Vengan y oigan, todos los que temen (reverencian) a Dios, Y contaré lo que El ha hecho por mi alma.
(Psalm 66:16)Al verlo, Zacarías se turbó, y el temor se apoderó de él.
(Luke 1:12)Oh SEÑOR, Dios mío, A Ti pedí auxilio y me sanaste.
(Psalm 30:2)Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: "¿Quién, pues, es Este que aun el viento y el mar Le obedecen?"
(Mark 4:41)Al ver la mujer que ella no había pasado inadvertida, se acercó temblando, y cayendo delante de El, declaró en presencia de todo el pueblo la razón por la cual Lo había tocado, y cómo al instante había sido sanada.
(Luke 8:47)¿Qué daré al SEÑOR Por todos Sus beneficios para conmigo?
(Psalm 116:12)Bendice, alma mía, al SEÑOR, Y no olvides ninguno de Sus beneficios.
(Psalm 103:2)