Nueva Biblia Latinoamericana
¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano. (Matthew 7:5)
No den lo santo a los perros, ni echen sus perlas delante de los cerdos, no sea que las huellen con sus patas, y volviéndose los despedacen a ustedes. (Matthew 7:6)
Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. (Matthew 7:7)
Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
¿O qué hombre hay entre ustedes que si su hijo le pide pan, le dará una piedra, (Matthew 7:9)
o si le pide un pescado, le dará una serpiente? (Matthew 7:10)
Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que Le piden? (Matthew 7:11)

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Matthew 7:8 - Cross Reference

Y añadió: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en Tu reino." (Luke 23:42)
Yo, el SEÑOR, soy tu Dios, Que te saqué de la tierra de Egipto; Abre bien tu boca y la llenaré. (Psalm 81:10)
Pero Yo te alimentaría con lo mejor del trigo, Y con miel de la peña te saciaría." (Psalm 81:16)
Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén. (2 Chronicles 33:1)
También su oración y cómo fue oído, todo su pecado y su infidelidad, y los sitios donde edificó lugares altos y levantó las Aseras y las imágenes talladas antes de humillarse, están escritos en los registros de los Hozai. (2 Chronicles 33:19)
El Señor le dijo: " Levántate y ve a la calle que se llama Derecha, y pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tarso llamado Saulo, porque él está orando, (Acts 9:11)
Entonces una mujer Cananea que había salido de aquella región, comenzó a gritar: "Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada." (Matthew 15:22)
y también Jesús fue invitado a la boda, con Sus discípulos. (John 2:2)
El viento sopla por donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquél que es nacido del Espíritu." (John 3:8)