Entonces el rey envió a Jehudí a buscar el rollo, y éste lo tomó de la cámara del escriba Elisama, y Jehudí lo leyó al rey y a todos los oficiales que estaban junto al rey.
(Jeremiah 36:21)
El rey estaba sentado en la casa de invierno (en el mes noveno), y había un brasero encendido delante de él.
(Jeremiah 36:22)
Y sucedía que después que Jehudí había leído tres o cuatro columnas, el rey lo cortaba con el cuchillo del escriba y lo echaba al fuego que estaba en el brasero, hasta consumir todo el rollo en el fuego que estaba en el brasero.
(Jeremiah 36:23)
Ni el rey ni ninguno de sus siervos que oyeron todas estas palabras tuvieron temor ni rasgaron sus vestiduras.
Y aunque Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemara el rollo, él no les hizo caso.
(Jeremiah 36:25)
Luego el rey ordenó a Jerameel, hijo del rey, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, que prendieran al escriba Baruc y al profeta Jeremías, pero el SEÑOR los escondió.
(Jeremiah 36:26)
Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías, después que el rey había quemado el rollo y las palabras que Baruc había escrito al dictado de Jeremías:
(Jeremiah 36:27)
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Jeremiah 36:24 - Cross Reference
Cuando Rubén volvió al pozo, José ya no estaba en el pozo. Entonces rasgó sus vestidos;
(Genesis 37:29)
Cuando el rey oyó las palabras del Libro de la Ley, rasgó sus vestidos.
(2 Kings 22:11)
Cuando oyeron todas las palabras, se miraron unos a otros atemorizados, y dijeron a Baruc: "Ciertamente haremos saber al rey todas estas palabras."
(Jeremiah 36:16)
Los hombres de Nínive se levantarán con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y miren, algo más grande que Jonás está aquí.
(Matthew 12:41)
Cuando el rey Ezequías oyó esto rasgó sus vestidos, se cubrió de cilicio y entró en la casa del SEÑOR.
(2 Kings 19:1)
Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza.
(Jonah 3:6)
Se aferran en propósitos malignos; Hablan de tender trampas en secreto, Y dicen: "¿Quién las verá?"
(Psalm 64:5)
Cuando el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos.
(2 Chronicles 34:19)
Ciertamente, tú rechazas la reverencia, E impides la meditación delante de Dios.
(Job 15:4)
Oh SEÑOR, levantada está Tu mano, mas ellos no la ven. Que vean Tu celo por el pueblo y se avergüencen. Ciertamente el fuego devorará a Tus enemigos.
(Isaiah 26:11)
NO HAY TEMOR DE DIOS DELANTE DE SUS OJOS."
(Romans 3:18)
Cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sí y ayunó, se acostó con el cilicio y andaba abatido.
(1 Kings 21:27)
Oh, SEÑOR, ¿no buscan Tus ojos la verdad? Tú los heriste, Mas no les dolió; Tú los consumiste, Mas ellos rehusaron recibir corrección. Endurecieron sus rostros más que la roca, Rehusaron arrepentirse.
(Jeremiah 5:3)
Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, mayordomo de la casa real, el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le relataron las palabras del Rabsaces.
(Isaiah 36:22)
Para el director del coro. Salmo de David, siervo del SEÑOR. La transgresión habla al impío dentro de su corazón; No hay temor de Dios delante de sus ojos.
(Psalm 36:1)