Entonces el sumo sacerdote Hilcías dijo al escriba Safán: "He hallado el Libro de la Ley en la casa del SEÑOR." E Hilcías dio el libro a Safán, y éste lo leyó.
(2 Kings 22:8)Y el escriba Safán vino al rey, y trajo palabra al rey, diciendo: "Sus siervos han tomado el dinero que se halló en la casa, y lo han puesto en mano de los obreros encargados de supervisar la casa del SEÑOR."
(2 Kings 22:9)El escriba Safán informó también al rey: "El sacerdote Hilcías me ha dado un libro." Y Safán lo leyó en la presencia del rey.
(2 Kings 22:10)Cuando el rey oyó las palabras del Libro de la Ley, rasgó sus vestidos.
Entonces el rey ordenó al sacerdote Hilcías, a Ahicam, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías, siervo del rey:
(2 Kings 22:12)Vayan, consulten al SEÑOR por mí, por el pueblo y por todo Judá acerca de las palabras de este libro que se ha encontrado, porque grande es la ira del SEÑOR que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no han escuchado las palabras de este libro, haciendo conforme a todo lo que está escrito de nosotros."
(2 Kings 22:13)Entonces el sacerdote Hilcías, y Ahicam, Acbor, Safán y Asaías fueron a la profetisa Hulda, mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, encargado del vestuario. Ella habitaba en Jerusalén en el segundo sector, y hablaron con ella.
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2 Kings 22:11 - Cross Reference
Entonces Josué rasgó sus vestidos y postró su rostro en tierra delante del arca del SEÑOR hasta el anochecer, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas.
(Joshua 7:6)Ni el rey ni ninguno de sus siervos que oyeron todas estas palabras tuvieron temor ni rasgaron sus vestiduras.
(Jeremiah 36:24)Rasguen su corazón y no sus vestidos." Vuelvan ahora al SEÑOR su Dios, Porque El es compasivo y clemente, Lento para la ira, abundante en misericordia, Y se arrepiente de infligir el mal.
(Joel 2:13)Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza.
(Jonah 3:6)porque se enterneció tu corazón y te humillaste delante del SEÑOR cuando oíste lo que hablé contra este lugar y contra sus habitantes, que vendrían a ser desolación y maldición, y has rasgado tus vestidos y has llorado delante de Mí, ciertamente te he oído,' declara el SEÑOR.
(2 Kings 22:19)