Desvaría mi mente, el espanto me sobrecoge. El anochecer que anhelaba se me convirtió en terror.
(Isaiah 21:4)Ponen la mesa, extienden el mantel, comen, beben. ¡Levántense, capitanes, engrasen los escudos!,
(Isaiah 21:5)Porque así me ha dicho el Señor: 'Ve, pon centinela que dé aviso de lo que vea.
(Isaiah 21:6)Cuando vea hombres montados, jinetes de dos en dos, Filas de asnos, filas de camellos, Que preste mucha atención, muchísima atención.'"
Entonces el centinela gritó: "Oh Señor, de día yo estoy continuamente en la atalaya, Y todas las noches permanezco en mi puesto de guardia.
(Isaiah 21:8)Veo que vienen hombres montados, jinetes de dos en dos." Y uno respondió: "Cayó, cayó Babilonia, Y todas las imágenes de sus dioses están destrozadas sobre la tierra."
(Isaiah 21:9)¡Oh mi pueblo trillado y afligido de mi era! Lo que he oído del SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, les doy a conocer.
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Veo que vienen hombres montados, jinetes de dos en dos." Y uno respondió: "Cayó, cayó Babilonia, Y todas las imágenes de sus dioses están destrozadas sobre la tierra."
(Isaiah 21:9)Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos.
(Hebrews 2:1)Por mano de tus siervos has injuriado al Señor, Y has dicho: 'Con mis numerosos carros Yo subí a las cumbres de los montes, A las partes más lejanas del Líbano, Y corté sus altos cedros y sus mejores cipreses. Iré a su más alta cima, a su más frondoso bosque.
(Isaiah 37:24)