Nueva Biblia Latinoamericana
Para otorgar heredad a los que me aman Y así llenar sus tesoros. (Proverbs 8:21)
El SEÑOR me poseyó al principio de Su camino, Antes de Sus obras de tiempos pasados. (Proverbs 8:22)
Desde la eternidad fui establecida, Desde el principio, desde los orígenes de la tierra. (Proverbs 8:23)
Cuando no había abismos fui engendrada, Cuando no había manantiales abundantes en aguas.
Antes que los montes fueran asentados, Antes que las colinas, fui engendrada, (Proverbs 8:25)
Cuando El no había hecho aún la tierra y los campos, Ni el polvo primero del mundo. (Proverbs 8:26)
Cuando estableció los cielos, allí estaba yo; Cuando trazó un círculo sobre la superficie del abismo, (Proverbs 8:27)

Other publications related to "Proverbs 8:24":

Isaías Rivera
Where does my help come from?
Where does my help come from? - An article about finding strength in God during difficult times by Isaías Rivera


Charles Spurgeon
Favored people
In this article, Charles Spurgeon reflects on the blessings that come with being an upright and favored person who enjoys communion with God and dwells in His presence.


Proverbs 8:24 - Cross Reference

Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: "HIJO MIO ERES TU, YO TE HE ENGENDRADO HOY;" y otra vez: "YO SERE PADRE PARA EL, Y EL SERA HIJO PARA MI?" (Hebrews 1:5)
Ciertamente anunciaré el decreto del SEÑOR Que me dijo: 'Mi Hijo eres Tú, Yo Te he engendrado hoy. (Psalm 2:7)
El Verbo (La Palabra) se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito (único) del Padre, lleno de gracia y de verdad. (John 1:14)
Pues el Padre ama al Hijo, y Le muestra todo lo que El mismo hace; y obras mayores que éstas Le mostrará, para que ustedes se queden asombrados. (John 5:20)
Con su conocimiento los abismos fueron divididos Y los cielos destilan rocío. (Proverbs 3:20)
La tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. (Genesis 1:2)
En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a Su Hijo unigénito (único) al mundo para que vivamos por medio de El. (1 John 4:9)
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito (único), para que todo aquél que cree en El, no se pierda, sino que tenga vida eterna. (John 3:16)