El que hizo el oído, ¿acaso no oye? El que dio forma al ojo, ¿acaso no ve?
(Psalm 94:9)
¿No reprenderá el que castiga a las naciones, El que enseña conocimiento al hombre?
(Psalm 94:10)
El SEÑOR conoce los pensamientos del hombre, Sabe que son sólo un soplo.
(Psalm 94:11)
Bienaventurado el hombre a quien reprendes, SEÑOR, Y lo instruyes en Tu ley;
Para darle descanso en los días de aflicción, Hasta que se cave una fosa para el impío.
(Psalm 94:13)
Porque el SEÑOR no abandonará a Su pueblo, Ni desamparará a Su heredad.
(Psalm 94:14)
Porque el juicio volverá a ser justo, Y todos los rectos de corazón lo seguirán.
(Psalm 94:15)
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Por tanto, debes comprender en tu corazón que el SEÑOR tu Dios te estaba disciplinando, así como un hombre disciplina a su hijo.
(Deuteronomy 8:5)
Antes que fuera afligido, yo me descarrié, Pero ahora guardo Tu palabra.
(Psalm 119:67)
Entonces El abre el oído de los hombres, Y sella su instrucción,
(Job 33:16)
Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete.
(Revelation 3:19)
Hijo mío, no rechaces la disciplina del SEÑOR Ni aborrezcas Su reprensión,
(Proverbs 3:11)
Bueno es para mí ser afligido, Para que aprenda Tus estatutos.
(Psalm 119:71)
Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.
(1 Corinthians 11:32)
Además, han olvidado la exhortación que como a hijos se les dirige: "HIJO MIO, NO TENGAS EN POCO LA DISCIPLINA DEL SEÑOR, NI TE DESANIMES AL SER REPRENDIDO POR EL.
(Hebrews 12:5)
Cuán bienaventurado es el hombre a quien Dios reprende; No desprecies, pues, la disciplina del Todopoderoso (Shaddai).
(Job 5:17)
La voz del SEÑOR clamará a la ciudad (prudente es temer Tu nombre): "Escucha, oh tribu, ¿quién ha señalado su tiempo?
(Micah 6:9)