Para el director del coro. Masquil de los hijos de Coré. Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, Nuestros padres nos han contado La obra que hiciste en sus días, En los tiempos antiguos:
(Psalm 44:1)
Tú con Tu mano echaste fuera las naciones, Pero a ellos los plantaste. Afligiste a los pueblos, Pero a ellos los hiciste crecer.
(Psalm 44:2)
Pues no fue por su espada que tomaron posesión de la tierra, Ni fue su brazo el que los salvó, Sino Tu diestra y Tu brazo, y la luz de Tu presencia, Porque Te complaciste en ellos.
(Psalm 44:3)
Tú eres mi Rey, oh Dios; Manda victorias a Jacob.
Contigo rechazaremos a nuestros adversarios; En Tu nombre pisotearemos a los que contra nosotros se levanten.
(Psalm 44:5)
Porque yo no confiaré en mi arco, Ni me podrá salvar mi espada;
(Psalm 44:6)
Pues Tú nos has salvado de nuestros adversarios, Y has avergonzado a los que nos aborrecen.
(Psalm 44:7)
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Alégrese Israel en su Creador; Regocíjense los hijos de Sion en su Rey.
(Psalm 149:2)
Con todo, Dios es mi rey desde la antigüedad, El que hace obras de salvación en medio de la tierra.
(Psalm 74:12)
Movido a compasión, extendiendo Jesús la mano, lo tocó y le dijo: "Quiero; sé limpio."
(Mark 1:41)
Cuando Jesús vio que la gente corría a reunirse, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: "Espíritu mudo y sordo, Yo te ordeno: sal de él y no vuelvas a entrar en él."
(Mark 9:25)
Porque el SEÑOR es nuestro juez, El SEÑOR es nuestro legislador, El SEÑOR es nuestro rey; El nos salvará.
(Isaiah 33:22)
De día mandará el SEÑOR Su misericordia, Y de noche Su cántico estará conmigo; Elevaré una oración al Dios de mi vida.
(Psalm 42:8)
El se le acercó, y tomándola de la mano la levantó, y la fiebre la dejó; y ella les servía.
(Mark 1:31)
Pues del SEÑOR es nuestro escudo, Y del Santo de Israel nuestro rey.
(Psalm 89:18)
Jesús lo reprendió, diciendo: "¡Cállate, y sal de él!"
(Mark 1:25)