Nueva Biblia Latinoamericana
Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropas y hombres de a caballo para protegernos del enemigo en el camino, pues habíamos dicho al rey: "La mano de nuestro Dios es propicia para con todos los que Lo buscan, pero Su poder y Su ira contra todos los que Lo abandonan." (Ezra 8:22)
Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios acerca de esto, y El escuchó nuestra súplica. (Ezra 8:23)
Entonces aparté a doce de los sacerdotes principales, a Serebías, a Hasabías, y con ellos diez de sus hermanos. (Ezra 8:24)
Les pesé la plata, el oro y los utensilios, la ofrenda para la casa de nuestro Dios que habían ofrecido el rey, sus consejeros, sus príncipes y todo Israel que allí estaba.
Pesé, pues, y entregué en sus manos 22.1 toneladas de plata, y utensilios de plata que valían 3.4 toneladas, y 3.4 toneladas de oro; (Ezra 8:26)
también veinte tazas de oro que pesaban 8.5 kilos (mil dáricos), y dos utensilios de fino y reluciente bronce, valiosos como el oro. (Ezra 8:27)
Y les dije: "Ustedes están consagrados al SEÑOR, y los utensilios son sagrados. La plata y el oro son ofrenda voluntaria al SEÑOR, Dios de sus padres. (Ezra 8:28)

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Ezra 8:25 - Cross Reference

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto mediten. (Philippians 4:8)
Y al cuarto día la plata y el oro y los utensilios fueron pesados en la casa de nuestro Dios y entregados en mano de Meremot, hijo del sacerdote Urías, y con él estaba Eleazar, hijo de Finees; y con ellos estaban los Levitas Jozabad, hijo de Jesúa, y Noadías, hijo de Binúi. (Ezra 8:33)
teniendo cuidado de que nadie nos desacredite en esta generosa ofrenda administrada por nosotros. (2 Corinthians 8:20)
Ciro, rey de Persia, los hizo sacar por mano del tesorero Mitrídates, que los dio contados a Sesbasar, príncipe de Judá. (Ezra 1:8)
Por cuanto eres enviado por el rey y sus siete consejeros para investigar acerca de Judá y de Jerusalén conforme a la ley de tu Dios que está en tu mano, (Ezra 7:14)