Nueva Biblia Latinoamericana
Pero Joram volvió las riendas para huir, y dijo a Ocozías: "¡Traición, Ocozías!" (2 Reyes 9:23)
Pero Jehú entesó su arco con toda su fuerza e hirió a Joram en la espalda; y la flecha salió por su corazón y se desplomó en su carro. (2 Reyes 9:24)
Entonces Jehú dijo a su oficial Bidcar: "Tómalo y tíralo en la porción del campo de Nabot de Jezreel, pues recuerdo cuando tú y yo íbamos juntos montados detrás de su padre Acab, que el SEÑOR pronunció esta sentencia (este oráculo profético) contra él: (2 Reyes 9:25)
Ayer ciertamente he visto la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos,' declaró el SEÑOR, 'y te recompensaré en este campo,' declaró el SEÑOR. Ahora pues, tómalo y tíralo en el campo, conforme a la palabra del SEÑOR."
Cuando Ocozías, rey de Judá, vio esto, huyó por el camino de la casa del huerto. Y Jehú lo persiguió y dijo: "Mátenlo a él también en el carro." Y lo hirieron en la subida de Gur, que está en Ibleam. Y huyó a Meguido, y allí murió. (2 Reyes 9:27)
Entonces sus siervos lo llevaron en carro a Jerusalén, y lo sepultaron en su sepulcro con sus padres en la ciudad de David. (2 Reyes 9:28)
En el año once de Joram, hijo de Acab, Ocozías había comenzado a reinar sobre Judá. (2 Reyes 9:29)

Otras publicaciones relacionadas con "2 Reyes 9:26":

Dr. Roberto Miranda
De la crisis a la bendición
El autor, Dr. Roberto Miranda, habla sobre cómo el capítulo 20 de Segundo de Crónicas de la Biblia puede ser un modelo para la vida cristiana en tiempos de crisis. Josafat y el pueblo de Judá buscaron a Dios a través de la oración y el ayuno en medio de una crisis nacional y fueron bendecidos con la victoria a través de la fe y la adoración. El artículo también menciona cómo la palabra Beraca se utiliza para describir un negocio cristiano en México y cómo la misma trayectoria de la crisis a la bendición puede ser nuestra si confiamos en Dios.


Dr. Roberto Miranda
Guerra Espiritual (Parte 2)
Este artículo habla sobre la importancia de estar alerta y preparados en la guerra espiritual contra el enemigo, rodearnos de gente sabia y madura en el Espíritu Santo para recibir consejo y discernimiento en nuestras decisiones, y ser temerosos de Dios y obedientes a su voluntad. También se menciona la importancia de discernir cuándo es tiempo de perdonar y cuándo es tiempo de actuar con violencia, y se pide a la iglesia que declare la palabra de Dios en seriedad y rectitud.


2 Reyes 9:26 - Referencia Cruzada

No los adorarás (No te inclinarás ante ellos) ni los servirás (ni los honrarás). Porque Yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que Me aborrecen, (Éxodo 20:5)
Le hablarás: 'Así dice el SEÑOR: "¿Has asesinado, y además has tomado posesión de la viña ?"' También le hablarás: 'Así dice el SEÑOR: "En el lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán tu sangre, tu misma sangre ."'" (1 Reyes 21:19)
Pero a sus hijos no les dio muerte, sino que hizo conforme a lo que está escrito en la ley en el Libro de Moisés, tal como el SEÑOR ordenó: "No se dará muerte a los padres por culpa de los hijos, ni se dará muerte a los hijos por culpa de los padres, sino que a cada uno se le dará muerte por su propio pecado." (2 Crónicas 25:4)
Cuando los Arameos se alejaron de él (dejándolo muy herido), sus mismos siervos conspiraron contra él a causa de la sangre del hijo del sacerdote Joiada, y lo mataron en su cama. Joás murió, y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no lo sepultaron en los sepulcros de los reyes. (2 Crónicas 24:25)
No los adorarás ni los servirás; porque Yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre la tercera y la cuarta generación de los que Me aborrecen, (Deuteronomio 5:9)
Los padres no morirán por sus hijos, ni los hijos morirán por sus padres; cada uno morirá por su propio pecado. (Deuteronomio 24:16)
Y ustedes dicen: '¿Por qué no carga el hijo con la iniquidad de su padre?' Cuando el hijo ha practicado el derecho y la justicia, ha observado todos Mis estatutos y los ha cumplido, ciertamente vivirá. (Ezequiel 18:19)