Isaac volvió a cavar los pozos de agua que habían sido cavados en los días de su padre Abraham, porque los Filisteos los habían cegado después de la muerte de Abraham, y les puso los mismos nombres que su padre les había puesto. (Génesis 26:18)

Cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle encontraron allí un pozo de aguas vivas. (Génesis 26:19)

Entonces riñeron los pastores de Gerar con los pastores de Isaac, diciendo: "El agua es nuestra." Por eso él llamó al pozo Esek (Riña), porque habían reñido con él. (Génesis 26:20)

Y se trasladó de allí y cavó otro pozo, y no riñeron por él; por eso lo llamó Rehobot (Lugares amplios), porque dijo: "Al fin el SEÑOR ha hecho lugar para nosotros, y prosperaremos en la tierra." (Génesis 26:22)

De allí Isaac subió a Beerseba. (Génesis 26:23)

El SEÑOR se le apareció aquella misma noche y le dijo: "Yo soy el Dios de tu padre Abraham; No temas, porque Yo estoy contigo. Y te bendeciré y multiplicaré tu descendencia, Por amor de Mi siervo Abraham." (Génesis 26:24)