Nueva Biblia Latinoamericana
Y cuando sus padres o sus hermanos vengan a quejarse a nosotros, les diremos: 'Dénnoslas voluntariamente, porque no pudimos tomar en batalla una mujer para cada hombre de Benjamín. Tampoco ustedes se las dieron, pues entonces serían culpables.'" (Jueces 21:22)
Así lo hicieron los Benjamitas, y tomaron mujeres conforme a su número de entre las que danzaban, de las que se apoderaron. Entonces se fueron y volvieron a su heredad, reedificaron las ciudades y habitaron en ellas. (Jueces 21:23)
Los Israelitas se fueron entonces de allí, cada uno a su tribu y a su familia. Cada uno de ellos salió de allí para su heredad. (Jueces 21:24)
En esos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía bien ante sus propios ojos.
Aconteció que en los días en que gobernaban los jueces, en Israel hubo hambre en el país. Y un hombre de Belén de Judá fue a residir en los campos de Moab con su mujer y sus dos hijos. (Rut 1:1)
Aquel hombre se llamaba Elimelec, y su mujer se llamaba Noemí. Los nombres de sus dos hijos eran Mahlón y Quelión, Efrateos de Belén de Judá. Y llegaron a los campos de Moab y allí se quedaron. (Rut 1:2)
Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos. (Rut 1:3)

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Jueces 21:25 - Referencia Cruzada

Hay camino que al hombre le parece derecho, Pero al final, es camino de muerte. (Proverbios 14:12)
En aquellos días no había rey en Israel. Y por aquel tiempo la tribu de los Danitas buscaba para sí una heredad donde habitar, porque hasta entonces ninguna heredad se le había asignado como le correspondía entre las tribus de Israel. (Jueces 18:1)
De ninguna manera harán lo que hacemos aquí hoy, que cada cual hace lo que le parece bien a sus propios ojos; (Deuteronomio 12:8)
Entonces los cinco hombres salieron y llegaron a Lais y vieron al pueblo que había en ella viviendo en seguridad, tranquilo y confiado, según la costumbre de los Sidonios. Porque no había gobernante humillándolos en nada en aquella tierra, y estaban lejos de los Sidonios, y no tenían relaciones con nadie. (Jueces 18:7)
A los que han dicho: "Con nuestra lengua prevaleceremos, Nuestros labios nos defienden; ¿quién es señor sobre nosotros?" (Salmos 12:4)
En aquellos días no había rey en Israel. Cada uno hacía lo que le parecía bien ante sus propios ojos. (Jueces 17:6)
Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento. (Proverbios 3:5)
En aquellos días, cuando no había rey en Israel, había un Levita que residía en la parte más remota de la región montañosa de Efraín, el cual tomó para sí una concubina de Belén de Judá. (Jueces 19:1)
Alégrate, joven, en tu juventud, Y tome placer tu corazón en los días de tu juventud. Sigue los impulsos de tu corazón y el gusto de tus ojos; Pero debes saber que por todas estas cosas, Dios te traerá a juicio. (Eclesiastés 11:9)
¡Ay de los que planean la iniquidad, Los que traman el mal en sus camas! Al clarear la mañana lo ejecutan, Porque está en el poder de sus manos. (Miqueas 2:1)