Los príncipes de los Filisteos le llevaron siete cuerdas frescas que no se habían secado, y Dalila lo ató con ellas.
(Jueces 16:8)Y ella tenía hombres al acecho en un aposento interior. Entonces le dijo: "¡Sansón, los Filisteos se te echan encima!" Pero él rompió las cuerdas como se rompe un hilo de estopa cuando toca el fuego. Así que no se descubrió el secreto de su fuerza.
(Jueces 16:9)Entonces Dalila dijo a Sansón: "Mira, me has engañado y me has dicho mentiras. Ahora pues, te ruego que me declares cómo se te puede atar."
(Jueces 16:10)Si me atan fuertemente con sogas nuevas que no se hayan usado," le respondió él, "me debilitaré y seré como cualquier otro hombre."
Dalila tomó sogas nuevas, lo ató con ellas, y le dijo: "¡Sansón, los Filisteos se te echan encima!" Pues los hombres estaban al acecho en el aposento interior. Pero él rompió las sogas de sus brazos como un hilo.
(Jueces 16:12)Dalila entonces dijo a Sansón: "Hasta ahora me has engañado y me has dicho mentiras. Declárame, ¿cómo se te puede atar?" "Si tejes siete trenzas de mi cabellera con la tela y la aseguras con una clavija," le dijo él, "entonces me debilitaré y seré como cualquier otro hombre."
(Jueces 16:13)Y mientras él dormía Dalila tomó las siete trenzas de su cabellera y las tejió con la tela. Entonces la aseguró con la clavija, y le dijo: "¡Sansón, los Filisteos se te echan encima!" Pero él despertó de su sueño y arrancó la clavija del telar y la tela.
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Jueces 16:11 - Referencia Cruzada
Ellos le respondieron: "No, sino que te ataremos bien y te entregaremos en sus manos. Ciertamente no te mataremos." Entonces lo ataron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la peña.
(Jueces 15:13)El temor al hombre es un lazo, Pero el que confía en el SEÑOR estará seguro.
(Proverbios 29:25)El que guarda su boca, preserva su vida; El que mucho abre sus labios, termina en ruina.
(Proverbios 13:3)Por tanto, dejando a un lado la falsedad, HABLEN VERDAD CADA CUAL CON SU PROJIMO, porque somos miembros los unos de los otros.
(Efesios 4:25)El justo aborrece la falsedad, Pero el impío causa repugnancia y vergüenza.
(Proverbios 13:5)