Nueva Biblia Latinoamericana
Gaal, hijo de Ebed, salió y se paró a la entrada de la puerta de la ciudad. Y Abimelec y el pueblo que estaba con él salieron de la emboscada. (Jueces 9:35)
Al ver Gaal a la gente, dijo a Zebul: "Mira, viene gente bajando de las cumbres de los montes." "Estás viendo la sombra de los montes como si fueran hombres," le dijo Zebul. (Jueces 9:36)
Pero Gaal volvió a hablar y dijo: "Veo gente que baja de la parte más alta de la tierra, y una compañía viene por el camino de la encina de los adivinos." (Jueces 9:37)
Entonces Zebul le dijo: "¿Dónde está ahora tu jactancia con la cual decías: '¿Quién es Abimelec para que le sirvamos?' ¿No es éste el pueblo que despreciabas? Ahora pues, sal y pelea contra él."
Y salió Gaal delante de los habitantes de Siquem y peleó contra Abimelec. (Jueces 9:39)
Abimelec lo persiguió pero Gaal huyó delante de él. Y muchos cayeron heridos hasta la entrada de la puerta. (Jueces 9:40)
Y Abimelec se quedó en Aruma, pero Zebul expulsó a Gaal y a sus parientes para que no se quedaran en Siquem. (Jueces 9:41)

Otras publicaciones relacionadas con "Jueces 9:38":

Dr. Roberto Miranda
Una oportunidad desperdiciada
Este sermón habla sobre cómo reaccionamos ante las ofensas y conflictos en nuestras vidas, y la importancia de vivir conforme a los principios del Reino de Dios. Se utiliza la historia de Dina en Génesis para ilustrar cómo los hijos de Dios deben poner por encima los valores del Reino de Dios, como la paz, la misericordia y el perdón.


Susan Combs
Sal de la cueva
Lección sobre la importancia de reconocer nuestros errores y tener una relación íntima con Dios, basada en la historia de Elías en 1 Reyes 18-19.


Jueces 9:38 - Referencia Cruzada

Entonces Gaal, hijo de Ebed, dijo: "¿Quién es Abimelec y quién es Siquem para que le sirvamos? ¿No es acaso hijo de Jerobaal, y no es Zebul su oficial? Sirvan a los hombres de Hamor, padre de Siquem; pero ¿por qué hemos de servirle a él? (Jueces 9:28)
Entonces Amasías envió mensajeros a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel, diciéndole: "Ven, veámonos cara a cara." (2 Reyes 14:8)
Abner llamó a Joab, y dijo: "¿Devorará la espada para siempre? ¿No sabes que el final será amargo? ¿Hasta cuándo esperarás para decirles que dejen de perseguir a sus hermanos?" (2 Samuel 2:26)
Pero ¿dónde están tus dioses, Los que hiciste para ti? Que se levanten, a ver si pueden salvarte En el tiempo de tu calamidad; Porque según el número de tus ciudades Son tus dioses, oh Judá. (Jeremías 2:28)