Así que los Israelitas se olvidaron del SEÑOR su Dios que los había librado de manos de todos sus enemigos en derredor.
(Jueces 8:34)Tampoco mostraron bondad a la casa de Jerobaal, es decir, Gedeón, conforme a todo el bien que él había hecho a Israel.
(Jueces 8:35)Abimelec, hijo de Jerobaal, fue a Siquem, a los parientes de su madre, y les dijo a ellos y a toda la familia de la casa del padre de su madre:
(Jueces 9:1)Hablen ahora a oídos de todos los habitantes de Siquem: '¿Qué es mejor para ustedes, que todos los hijos de Jerobaal, setenta hombres, reinen sobre ustedes, o que reine sobre ustedes un solo hombre?' Además, acuérdense que yo soy hueso y carne de ustedes."
Y los parientes de su madre hablaron todas estas palabras por él a oídos de todos los habitantes de Siquem. Y ellos se inclinaron a seguir a Abimelec, porque dijeron: "Es pariente nuestro."
(Jueces 9:3)Le dieron setenta piezas de plata de la casa de Baal Berit, con las cuales Abimelec tomó a sueldo hombres indignos y temerarios que lo siguieron.
(Jueces 9:4)Luego fue a la casa de su padre en Ofra y sobre una piedra mató a sus hermanos, los hijos de Jerobaal, setenta hombres. Pero Jotam, el hijo menor de Jerobaal, se libró porque se escondió.
(Jueces 9:5)Otras publicaciones relacionadas con "Jueces 9:2":
Jueces 9:2 - Referencia Cruzada
Y Labán le dijo: "Ciertamente tú eres hueso mío y carne mía." Y Jacob se quedó con él todo un mes.
(Génesis 29:14)Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, también Jesús participó de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquél que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo,
(Hebreos 2:14)Y díganle a Amasa: '¿No eres hueso mío y carne mía? Así haga Dios conmigo y aun más si no has de ser comandante del ejército delante de mí para siempre en lugar de Joab.'"
(2 Samuel 19:13)Entonces se congregó todo Israel alrededor de David en Hebrón, y le dijeron: "Mire, somos hueso suyo y carne suya.
(1 Crónicas 11:1)Y tuvo setenta hijos que fueron sus descendientes directos, porque tuvo muchas mujeres.
(Jueces 8:30)