Pero ellos cayeron sobre sus rostros, y dijeron: "Oh Dios, Dios de los espíritus de toda carne (de todo ser humano), cuando un hombre peque, ¿te enojarás con toda la congregación?"
(Números 16:22)Habla a la congregación, y diles: 'Aléjense de los alrededores de las tiendas de Coré, Datán y Abiram.'"
(Números 16:24)Entonces se levantó Moisés y fue a Datán y a Abiram, y le seguían los ancianos de Israel,
y habló a la congregación: "Apártense ahora de las tiendas de estos malvados, y no toquen nada que les pertenezca, no sea que perezcan con todo su pecado."
(Números 16:26)Se retiraron, pues, de los alrededores de las tiendas de Coré, Datán y Abiram; y Datán y Abiram salieron y se pusieron a la puerta de sus tiendas, junto con sus mujeres, sus hijos y sus pequeños.
(Números 16:27)Y Moisés dijo: "En esto conocerán que el SEÑOR me ha enviado para hacer todas estas obras, y que no es iniciativa mía.
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Números 16:25 - Referencia Cruzada
Después Moisés volvió al campamento, y con él los ancianos de Israel.
(Números 11:30)Entonces el SEÑOR descendió en la nube y le habló; y tomó del Espíritu que estaba sobre él y lo colocó sobre los setenta ancianos. Y sucedió que cuando el Espíritu reposó sobre ellos, profetizaron; pero no volvieron a hacerlo más.
(Números 11:25)Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "Reúneme a setenta hombres de los ancianos de Israel, a quienes tú conozcas como los ancianos del pueblo y a sus oficiales, y tráelos a la tienda de reunión y que permanezcan allí contigo.
(Números 11:16)