Nueva Biblia Latinoamericana
No harán ningún trabajo servil, pero presentarán una ofrenda encendida al SEÑOR.'" (Levítico 23:25)
Y el SEÑOR dijo a Moisés: (Levítico 23:26)
A los diez días de este séptimo mes será el día de expiación; será santa convocación para ustedes, y humillarán sus almas y presentarán una ofrenda encendida al SEÑOR. (Levítico 23:27)
Tampoco harán ningún trabajo en este día, porque es día de expiación, para hacer expiación por ustedes delante del SEÑOR su Dios.
Si alguna persona no se humilla en este mismo día, será cortada de su pueblo. (Levítico 23:29)
Y a cualquier persona que haga trabajo alguno en este mismo día, a esa persona la exterminaré de entre su pueblo. (Levítico 23:30)
Ustedes no harán, pues, trabajo alguno. Estatuto perpetuo será para sus generaciones dondequiera que habiten. (Levítico 23:31)

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Levítico 23:28 - Referencia Cruzada

Porque la piedra que he puesto delante de Josué, sobre esta única piedra hay siete ojos. Yo grabaré una inscripción en ella,' declara el SEÑOR de los ejércitos, 'y quitaré la iniquidad de esta tierra en un solo día. (Zacarías 3:9)
Ustedes tendrán esto por estatuto perpetuo para hacer expiación por los Israelitas, por todos sus pecados, una vez cada año." Tal como el SEÑOR lo ordenó a Moisés, así lo hizo. (Levítico 16:34)
entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de Su propia sangre, obteniendo redención eterna. (Hebreos 9:12)
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados. (1 Juan 4:10)
Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de Su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por Su vida. (Romanos 5:10)
Por esa voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida una vez para siempre. (Hebreos 10:10)
Setenta semanas han sido decretadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el lugar santísimo. (Daniel 9:24)
El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. (1 Juan 2:2)
Pero quiso el SEÑOR Quebrantarlo, sometiéndolo a padecimiento. Cuando El se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación, Verá a Su descendencia, Prolongará Sus días, Y la voluntad del SEÑOR en Su mano prosperará. (Isaías 53:10)
Este es Aquél que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. (1 Juan 5:6)
Porque por una ofrenda El ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados. (Hebreos 10:14)
De otra manera, a Cristo le hubiera sido necesario sufrir muchas veces desde la fundación del mundo; pero ahora, una sola vez en la consumación de los siglos, se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí mismo. (Hebreos 9:26)