Nueva Biblia Latinoamericana
En aquellos días los hombres buscarán la muerte y no la hallarán; y ansiarán morir, y la muerte huirá de ellos. (Apocalipsis 9:6)
El aspecto de las langostas era semejante al de caballos dispuestos para la batalla, y sobre sus cabezas tenían como coronas que parecían de oro, y sus caras eran como rostros humanos. (Apocalipsis 9:7)
Tenían cabellos como cabellos de mujer, y sus dientes eran como de leones. (Apocalipsis 9:8)
También tenían corazas como corazas de hierro. El ruido de sus alas era como el estruendo de carros, de muchos caballos que se lanzan a la batalla.
Tienen colas parecidas a escorpiones, y aguijones. En sus colas está su poder para hacer daño a los hombres por cinco meses. (Apocalipsis 9:10)
Tienen sobre ellos por rey al ángel del abismo, cuyo nombre en Hebreo es Abadón (Destrucción), y en Griego se llama Apolión (Destructor). (Apocalipsis 9:11)
El primer ¡ay! ha pasado; pero aún vienen dos ayes después de estas cosas. (Apocalipsis 9:12)

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Omar Soto
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Apocalipsis 9:9 - Referencia Cruzada

Por las calles corren furiosos los carros, Se precipitan por las plazas, Su aspecto es semejante a antorchas, Como relámpagos se lanzan. (Nahúm 2:4)
Sus huesos son tubos de bronce; Sus miembros como barras de hierro. (Job 40:18)
Unidos están los pliegues de su carne, Firmes están en él e inconmovibles. (Job 41:23)
Así es como vi en la visión los caballos y a los que los montaban: los jinetes tenían corazas color de fuego, de jacinto y de azufre. Las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones, y de sus bocas salía fuego, humo, y azufre. (Apocalipsis 9:17)
Cada vez que la trompeta suena, como que dice: '¡Ea!' Y desde lejos olfatea la batalla, Las voces atronadoras de los capitanes y el grito de guerra. (Job 39:25)
Como estrépito de carros Saltan sobre las cumbres de los montes, Como el crepitar de llama de fuego que consume la hojarasca, Como pueblo poderoso dispuesto para la batalla. (Joel 2:5)
Porque toda bota que calza el guerrero en el fragor de la batalla, Y el manto revolcado en sangre, serán para quemar, combustible para el fuego. (Isaías 9:5)