Nueva Biblia Latinoamericana
El nombre de la estrella es Ajenjo. La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y muchos hombres murieron por causa de las aguas, porque se habían vuelto amargas. (Apocalipsis 8:11)
El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que la tercera parte de ellos se oscureciera y el día no resplandeciera en su tercera parte, y asimismo en la noche. (Apocalipsis 8:12)
Entonces miré, y oí volar un águila en medio del cielo, que decía a gran voz: "¡Ay, ay, ay, de los que habitan en la tierra, a causa de los toques de trompeta que faltan, que los otros tres ángeles están para tocar!" (Apocalipsis 8:13)
El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y se le dio la llave del pozo del abismo.
Cuando abrió el pozo del abismo, subió humo del pozo como el humo de un gran horno, y el sol y el aire se oscurecieron por el humo del pozo. (Apocalipsis 9:2)
Del humo salieron langostas sobre la tierra, y se les dio poder como tienen poder los escorpiones de la tierra. (Apocalipsis 9:3)
Se les dijo que no dañaran la hierba de la tierra, ni ninguna cosa verde, ni ningún árbol, sino sólo a los hombres que no tienen el sello de Dios en la frente. (Apocalipsis 9:4)

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Apocalipsis 9:1 - Referencia Cruzada

La bestia que viste, era y ya no existe, y está para subir del abismo e ir a la destrucción (perdición). Y los moradores de la tierra, cuyos nombres no se han escrito en el Libro de la Vida desde la fundación del mundo, se asombrarán al ver la bestia que era y ya no existe, pero que vendrá. (Apocalipsis 17:8)
Y Le rogaban que no les ordenara irse al abismo. (Lucas 8:31)
o '¿QUIEN DESCENDERA AL ABISMO?' Esto es, para subir a Cristo de entre los muertos." (Romanos 10:7)
Tienen sobre ellos por rey al ángel del abismo, cuyo nombre en Hebreo es Abadón (Destrucción), y en Griego se llama Apolión (Destructor). (Apocalipsis 9:11)
Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta. Y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 20:10)
¡Cómo has caído del cielo, Oh lucero de la mañana, hijo de la aurora! Has sido derribado por tierra, Tú que debilitabas a las naciones. (Isaías 14:12)
El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que la tercera parte de ellos se oscureciera y el día no resplandeciera en su tercera parte, y asimismo en la noche. (Apocalipsis 8:12)
Cuando abrió el pozo del abismo, subió humo del pozo como el humo de un gran horno, y el sol y el aire se oscurecieron por el humo del pozo. (Apocalipsis 9:2)
Vi a los siete ángeles que están de pie delante de Dios, y se les dieron siete trompetas. (Apocalipsis 8:2)
Que nadie los engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición. (2 Tesalonicenses 2:3)
Pero debes saber (comprender) esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. (2 Timoteo 3:1)
Y El les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. (Lucas 10:18)
En cuanto al misterio de las siete estrellas que viste en Mi mano derecha y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles (mensajeros) de las siete iglesias, y los siete candelabros son las siete iglesias. (Apocalipsis 1:20)
Entonces los siete ángeles que tenían las siete trompetas se prepararon para tocarlas. (Apocalipsis 8:6)
y el que vive, y estuve muerto. Pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades (región de los muertos). (Apocalipsis 1:18)
El segundo ¡ay! ha pasado; pero el tercer ¡ay! viene pronto. (Apocalipsis 11:14)
El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre los manantiales de las aguas. (Apocalipsis 8:10)
Vi entonces a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo y una gran cadena en su mano. (Apocalipsis 20:1)