Nueva Biblia Latinoamericana
Que la mujer aprenda calladamente, con toda obediencia. (1 Timoteo 2:11)
Yo no permito que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada. (1 Timoteo 2:12)
Porque Adán fue creado primero, después Eva. (1 Timoteo 2:13)
Y Adán no fue el engañado, sino que la mujer, siendo engañada completamente, cayó en transgresión.
Pero se salvará engendrando hijos, si permanece en fe, amor y santidad, con modestia. (1 Timoteo 2:15)
Palabra fiel es ésta : si alguien aspira al cargo de obispo (supervisor), buena obra desea hacer. (1 Timoteo 3:1)
Un obispo debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar, (1 Timoteo 3:2)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Timoteo 2:14":

Gregory Bishop
Efesios 5 - Someteos unos a otros
El discurso habla sobre el papel de las mujeres en el matrimonio y la importancia del sometimiento mutuo por reverencia a Cristo. El autor proporciona ejemplos de cómo aplicar este principio en la vida y destaca la responsabilidad del hombre de tratar a su esposa con amor y cuidado, siguiendo el ejemplo de Cristo y su relación con la iglesia.


Dr. Roberto Miranda
La transferencia del conocimiento antiguo de una generación a la otra
Enseñanza de Pablo sobre la transferencia del conocimiento antiguo de una generación a la otra, perfil cristiano de ancianos y ancianas, importancia de instruir a los hijos en la sexualidad humana y de discipular a las hijas para prepararlas para el matrimonio, liderazgo en el hogar y predicar una palabra sana e irreprochable.


1 Timoteo 2:14 - Referencia Cruzada

El hombre respondió: "La mujer que Tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí." (Génesis 3:12)
Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. También dio a su marido que estaba con ella, y él comió. (Génesis 3:6)
Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, las mentes de ustedes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo. (2 Corintios 11:3)