La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la participación en la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la participación en el cuerpo de Cristo?
(1 Corintios 10:16)Puesto que el pan es uno, nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo; porque todos participamos de aquel mismo pan.
(1 Corintios 10:17)Consideren al pueblo de Israel: los que comen los sacrificios, ¿no participan del altar?
(1 Corintios 10:18)¿Qué quiero decir, entonces? ¿Que lo sacrificado a los ídolos es algo, o que un ídolo es algo?
No, sino que digo que lo que los Gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios y no a Dios; no quiero que ustedes sean partícipes con los demonios.
(1 Corintios 10:20)Ustedes no pueden beber la copa del Señor y la copa de los demonios; no pueden participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios.
(1 Corintios 10:21)¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos, acaso, más fuertes que El?
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1 Corintios 10:19 - Referencia Cruzada
Me he vuelto insensato; ustedes me obligaron a ello. Pues yo debiera haber sido elogiado por ustedes, porque en ningún sentido fui inferior a los más eminentes apóstoles, aunque nada soy.
(2 Corintios 12:11)Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy.
(1 Corintios 13:2)También Dios ha escogido lo vil y despreciado del mundo: lo que no es, para anular lo que es,
(1 Corintios 1:28)Todas las naciones ante El son como nada, Menos que nada e insignificantes son consideradas por El.
(Isaías 40:17)Pues todos ellos son falsos; Sus obras inútiles, Viento y vacuidad sus imágenes fundidas.
(Isaías 41:29)Así que ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios, que da el crecimiento.
(1 Corintios 3:7)Por tanto, en cuanto a comer de lo sacrificado a los ídolos, sabemos que un ídolo no es nada (no tiene verdadera existencia) en el mundo, y que no hay sino un solo Dios.
(1 Corintios 8:4)Ellos Me han provocado a celo con lo que no es Dios; Me han irritado con sus ídolos. Yo, pues, los provocaré a celos con los que no son un pueblo; Los irritaré con una nación insensata.
(Deuteronomio 32:21)