Nueva Biblia Latinoamericana
Pero cuando Pablo recogió una brazada de leña y la echó al fuego, una víbora salió huyendo del calor y se le prendió en la mano. (Hechos 28:3)
Cuando los habitantes, vieron el animal colgando de su mano, decían entre sí: "Sin duda que este hombre es un asesino, pues aunque fue salvado del mar, la diosa Justicia no le ha concedido vivir." (Hechos 28:4)
Pablo, sin embargo, sacudiendo la mano, arrojó el animal al fuego y no sufrió ningún daño. (Hechos 28:5)
Ellos esperaban que comenzara a hincharse, o que súbitamente cayera muerto. Pero después de esperar por largo rato, y de no observar nada anormal en él, cambiaron de parecer y decían que Pablo era un dios.
Cerca de allí había unas tierras que pertenecían al hombre principal de la isla, que se llamaba Publio, el cual nos recibió y nos hospedó con toda amabilidad por tres días. (Hechos 28:7)
Como el padre de Publio estaba en cama, enfermo con fiebre y disentería, Pablo entró a ver lo, y después de orar puso las manos sobre él, y lo sanó. (Hechos 28:8)
Cuando esto sucedió, los demás habitantes de la isla que tenían enfermedades venían a él y eran curados. (Hechos 28:9)

Otras publicaciones relacionadas con "Hechos 28:6":

Dr. Roberto Miranda
Cómo superar los dolores de la vida
Aprende cómo superar los dolores de la vida siguiendo el ejemplo del apóstol Pablo. A pesar de los padecimientos, mantuvo su fe y declaró la victoria en medio de las pruebas. Nunca pierdas la esperanza y la seguridad en Dios.


Charles Spurgeon
Nadie puede hacernos daño
En este artículo, Charles Spurgeon nos recuerda que Dios tiene poder sobre las mentes más violentas y nos anima a tener una valiente fe en Él mientras cumplimos con nuestro deber, ya que incluso los que se oponen pueden convertirse en amigos.


Hechos 28:6 - Referencia Cruzada

Pilato les dijo: "¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Cristo (Mesías)?" "¡Sea crucificado!" dijeron todos. (Mateo 27:22)
Cuando la multitud vio lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en el idioma de Licaonia: "Los dioses se han hecho semejantes a hombres y han descendido a nosotros." (Hechos 14:11)
Y la gente gritaba: "¡Voz de un dios y no de un hombre es ésta!" (Hechos 12:22)
Y las multitudes que iban delante de El y las que iban detrás, gritaban: "¡Hosanna al Hijo de David! ¡BENDITO AQUEL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! ¡Hosanna en las alturas!" (Mateo 21:9)