Nueva Biblia Latinoamericana
Así que al día siguiente, cuando Agripa II y Berenice entraron al auditorio en medio de gran pompa, acompañados por los comandantes y los hombres importantes de la ciudad, por orden de Festo, fue traído Pablo. (Hechos 25:23)
Y Festo dijo: "Rey Agripa y todos los demás aquí presentes con nosotros; éste es el hombre acerca del cual los Judíos, tanto en Jerusalén como aquí, me hicieron una petición declarando a gritos que no debe vivir más. (Hechos 25:24)
Pero a mí me parece que no ha hecho nada digno de muerte, pero como él mismo apeló al emperador (Nerón), he decidido enviarlo a Roma. (Hechos 25:25)
Sin embargo, no tengo nada definido sobre él para escribirle a mi señor. Por eso lo he traído ante ustedes, y especialmente ante ti, rey Agripa, para que después de que se le interrogue, yo tenga algo que escribir.
Porque me parece absurdo, al enviar un preso, no informar también de los cargos en su contra." (Hechos 25:27)
Agripa II dijo a Pablo: "Se te permite hablar en tu favor." Entonces Pablo, extendiendo la mano, comenzó su defensa: (Hechos 26:1)
Con respecto a todo aquello de que los Judíos me acusan, me considero afortunado, oh rey Agripa, de poder presentar hoy mi defensa delante de usted, (Hechos 26:2)

Otras publicaciones relacionadas con "Hechos 25:26":

Dr. Roberto Miranda
¿Cómo percibes la vida?
En este sermón, el pastor reflexiona sobre la actitud de Pablo en medio de su sufrimiento y encarcelamiento, y cómo podemos aplicar sus enseñanzas a nuestras propias vidas. Se destaca la importancia de la perspectiva que tenemos sobre las situaciones que enfrentamos y cómo podemos encuadrarlas para no dejarnos vencer por ellas.


Dr. Roberto Miranda
La estrategia evangelística de Pablo
Un análisis del primer sermón evangelístico de Pablo en Hechos 13 y la importancia de presentar a Jesús como la culminación de la historia y usar la propia vida y cultura para compartir el Evangelio.


Hechos 25:26 - Referencia Cruzada

Con respecto a todo aquello de que los Judíos me acusan, me considero afortunado, oh rey Agripa, de poder presentar hoy mi defensa delante de usted, (Hechos 26:2)