Envía unos hombres a Jope, y haz llamar a Simón, que también se llama Pedro; él está hospedado en casa de Simón el curtidor, junto al mar.'
(Hechos 10:32)
Por tanto, al instante envié a buscarte, y has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí presentes delante de Dios, para oír todo lo que el Señor te ha mandado."
(Hechos 10:33)
Entonces Pedro tomó la palabra, y dijo: "Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas,
(Hechos 10:34)
sino que en toda nación el que Le teme (Le reverencia) y hace lo justo, Le es acepto (Dios se agrada de él).
El mensaje (La palabra) que El envió al pueblo de Israel, predicando (anunciando el evangelio) de paz por medio de Jesucristo, que El es Señor de todos.
(Hechos 10:36)
Ustedes saben lo que ocurrió en toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que Juan predicó,
(Hechos 10:37)
cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder, el cual anduvo haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con El.
(Hechos 10:38)
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Hechos 10:35 - Referencia Cruzada
Porque no son los oidores de la Ley los justos ante Dios, sino los que cumplen la Ley; ésos serán justificados.
(Romanos 2:13)
Porque no hay distinción entre Judío y Griego, pues el mismo Señor es Señor de todos, abundando en riquezas para todos los que Le invocan;
(Romanos 10:12)
Y entrando el ángel, le dijo: "¡Salve, muy favorecida! El Señor está (sea) contigo; bendita eres tú entre las mujeres."
(Lucas 1:28)
Pues ciertamente la circuncisión es de valor si tú practicas la Ley, pero si eres transgresor de la Ley, tu circuncisión se ha vuelto incircuncisión.
(Romanos 2:25)
El temor del SEÑOR es limpio, que permanece para siempre; Los juicios del SEÑOR son verdaderos, todos ellos justos;
(Salmos 19:9)
En cuanto a Mis ofrendas de sacrificio, Sacrifican la carne y se la comen, Pero el SEÑOR no se ha complacido en ellas. Ahora se acordará de su iniquidad, Y los castigará por sus pecados: Ellos volverán a Egipto.
(Oseas 8:13)
Y dijo al hombre: 'El temor (La reverencia) del Señor es sabiduría, Y apartarse del mal, inteligencia.'"
(Job 28:28)
El principio de la sabiduría es el temor del SEÑOR; Buen entendimiento tienen todos los que practican Sus mandamientos; Su alabanza permanece para siempre.
(Salmos 111:10)
En esta renovación no hay distinción entre Griego y Judío, circunciso e incircunciso, bárbaro (uno que no era Griego, ni por nacimiento ni por cultura), Escita, esclavo o libre, sino que Cristo (el Mesías) es todo, y en todos.
(Colosenses 3:11)
Ciertamente cercana está Su salvación para los que Le temen, Para que more Su gloria en nuestra tierra.
(Salmos 85:9)
Esto El hará si en verdad permanecen en la fe bien cimentados y constantes, sin moverse de la esperanza del evangelio que han oído, que fue proclamado a toda la creación debajo del cielo, y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro (servidor).
(Colosenses 1:23)
y ninguna distinción hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.
(Hechos 15:9)
No seas sabio a tus propios ojos; Teme (Reverencia) al SEÑOR y apártate del mal.
(Proverbios 3:7)
Entretanto la iglesia gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y andando en el temor del Señor y en la fortaleza del Espíritu Santo, seguía creciendo.
(Hechos 9:31)
Porque nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no poniendo la confianza en la carne,
(Filipenses 3:3)
Con misericordia y verdad se expía la culpa, Y con el temor del SEÑOR el hombre se aparta del mal.
(Proverbios 16:6)
Por la fe Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó el testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y por la fe, estando muerto, todavía habla.
(Hebreos 11:4)
Entonces entenderás el temor del SEÑOR Y descubrirás el conocimiento de Dios.
(Proverbios 2:5)
Que el extranjero que se ha allegado al SEÑOR, no diga: "Ciertamente el SEÑOR me separará de Su pueblo." Ni diga el eunuco: "Soy un árbol seco."
(Isaías 56:3)
Sométanse unos a otros en el temor (la reverencia) de Cristo.
(Efesios 5:21)
Pero ahora en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo.
(Efesios 2:13)
piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, que daba muchas limosnas al pueblo Judío y oraba a Dios continuamente.
(Hechos 10:2)
Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya Judíos o Griegos, ya esclavos o libres. A todos se nos dio a beber del mismo Espíritu.
(1 Corintios 12:13)
Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
(2 Corintios 7:1)
Si saben que El es justo, saben también que todo el que hace justicia es nacido de El.
(1 Juan 2:29)
que ha llegado hasta ustedes. Así como en todo el mundo está dando fruto constantemente y creciendo, así lo ha estado haciendo también en ustedes, desde el día que oyeron y comprendieron la gracia de Dios en verdad.
(Colosenses 1:6)
pero no miró con agrado a Caín y su ofrenda. Caín se enojó mucho y su semblante se demudó.
(Génesis 4:5)
No hay Judío ni Griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos son uno en Cristo Jesús.
(Gálatas 3:28)
a saber, que los Gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, participando igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio (las buenas nuevas).
(Efesios 3:6)
El temor del (La reverencia al) SEÑOR es el principio de la sabiduría; Los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.
(Proverbios 1:7)
La conclusión, cuando todo se ha oído, es ésta: Teme a Dios y guarda Sus mandamientos, Porque esto concierne a toda persona.
(Eclesiastés 12:13)
para alabanza de la gloria de Su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado.
(Efesios 1:6)
Esta justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo es para todos los que creen. Porque no hay distinción,
(Romanos 3:22)
¿O es Dios el Dios de los Judíos solamente? ¿No es también el Dios de los Gentiles? Sí, también de los Gentiles,
(Romanos 3:29)