Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces corrió y fue adonde estaban Simón Pedro y el otro discípulo a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde Lo han puesto." (Juan 20:2)
Salieron, pues, Pedro y el otro discípulo, y fueron hacia el sepulcro. (Juan 20:3)
Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro; (Juan 20:4)
e inclinándose para mirar adentro , vio las envolturas de lino puestas allí, pero no entró.
Entonces llegó también Simón Pedro tras él, entró al sepulcro, y vio las envolturas de lino puestas allí, (Juan 20:6)
y el sudario que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con las envolturas de lino, sino enrollado en un lugar aparte. (Juan 20:7)
También entró el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó. (Juan 20:8)

Otras publicaciones relacionadas con "Juan 20:5":

Omar Soto
Cuando Jesús no se apura
En este artículo se habla sobre la historia de Lázaro y cómo Jesús tardó en ir a verlo después de que recibió la noticia de su muerte. Se destaca la importancia de tener fe en Dios y su poder para proveer en todas las situaciones de la vida, incluso en las más difíciles.


Dr. Roberto Miranda
Cuando el Señor se toma más tiempo de lo que nosotros esperamos
En este artículo, el Dr. Roberto Miranda reflexiona sobre cómo Dios responde a nuestras oraciones y cómo debemos confiar en su soberanía y amor, incluso cuando parece que no está respondiendo. Utiliza la historia de Lázaro como ejemplo de cómo a veces lo que creemos que es una pérdida puede ser el escenario necesario para un gran milagro y para la gloria de Dios.


Juan 20:5 - Referencia Cruzada

Pero María estaba fuera, llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó y miró dentro del sepulcro; (Juan 20:11)
Y el que había muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: "Desátenlo, y déjenlo ir." (Juan 11:44)
Entonces tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en telas de lino con las especias aromáticas, como es costumbre sepultar entre los Judíos. (Juan 19:40)