Pilato salió otra vez, y les dijo: "Miren, Lo traigo fuera, para que sepan que no encuentro ningún delito en El."
(Juan 19:4)Y cuando Jesús salió fuera, llevaba la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: "¡Aquí está el Hombre!"
(Juan 19:5)Cuando Lo vieron los principales sacerdotes y los guardias, gritaron: "¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!" Pilato les dijo: "Ustedes, pues, Lo toman y Lo crucifican, porque yo no encuentro ningún delito en El."
(Juan 19:6)Los Judíos le respondieron: "Nosotros tenemos una ley, y según esa ley El debe morir, porque pretendió ser el Hijo de Dios."
Entonces Pilato, cuando oyó estas palabras, se atemorizó aún más.
(Juan 19:8)Entró de nuevo al Pretorio (residencia oficial del gobernador) y dijo a Jesús: "¿De dónde eres Tú?" Pero Jesús no le dio respuesta.
(Juan 19:9)Pilato entonces Le dijo: "¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte, y que tengo autoridad para crucificarte?"
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Juan 19:7 - Referencia Cruzada
Jesús les dijo: "En verdad les digo, que antes que Abraham naciera, Yo soy."
(Juan 8:58)A otros salvó; a El mismo no puede salvarse. Rey de Israel es; que baje ahora de la cruz, y creeremos en El.
(Mateo 27:42)Pero el profeta que hable con orgullo en Mi nombre una palabra que Yo no le haya mandado hablar, o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta morirá.'
(Deuteronomio 18:20)Pero Jesús se quedó callado. Y el sumo sacerdote Le dijo: "Te ordeno por el Dios viviente que nos digas si Tú eres el Cristo (el Mesías), el Hijo de Dios."
(Mateo 26:63)Viendo el centurión que estaba frente a El, la manera en que expiró, dijo: "En verdad este hombre era Hijo de Dios."
(Marcus 15:39)Pero El se quedó callado y nada respondía. Le volvió a preguntar el sumo sacerdote: "¿Eres Tú el Cristo (el Mesías), el Hijo del Bendito?"
(Marcus 14:61)¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, ustedes dicen: 'Blasfemas,' porque dije: 'Yo soy el Hijo de Dios'?
(Juan 10:36)y que fue declarado Hijo de Dios con un acto de poder, conforme al Espíritu de santidad, por (como resultado de) la resurrección de entre los muertos: nuestro Señor Jesucristo.
(Romanos 1:4)Además, el que blasfeme el nombre del SEÑOR, ciertamente ha de morir; toda la congregación ciertamente lo apedreará. Tanto el extranjero como el nativo, cuando blasfeme el Nombre, ha de morir.
(Levítico 24:16)Entonces, por esta causa, los Judíos aún más procuraban matar a Jesús, porque no sólo violaba el día de reposo, sino que también llamaba a Dios Su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
(Juan 5:18)