Traigan el becerro engordado, mátenlo, y comamos y regocijémonos;
(Lucas 15:23)
porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.' Y comenzaron a regocijarse.
(Lucas 15:24)
Su hijo mayor estaba en el campo, y cuando vino y se acercó a la casa, oyó música y danzas.
(Lucas 15:25)
Llamando a uno de los criados, le preguntó qué era todo aquello.
Y él le dijo: 'Tu hermano ha venido, y tu padre ha matado el becerro engordado, porque lo ha recibido sano y salvo.'
(Lucas 15:27)
Entonces él se enojó y no quería entrar. Salió su padre y le rogaba que entrara.
(Lucas 15:28)
Pero él le dijo al padre: 'Mira, por tantos años te he servido y nunca he desobedecido ninguna orden tuya, y sin embargo, nunca me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos;
(Lucas 15:29)
