Nueva Biblia Latinoamericana
Todos los que Le oían estaban asombrados de Su entendimiento y de Sus respuestas. (Lucas 2:47)
Cuando Sus padres Lo vieron, se quedaron maravillados; y Su madre Le dijo: "Hijo, ¿por qué nos has tratado de esta manera? Mira, Tu padre y yo Te hemos estado buscando llenos de angustia." (Lucas 2:48)
Entonces El les dijo: "¿Por qué Me buscaban? ¿Acaso no sabían que Me era necesario estar en la casa (en las cosas) de Mi Padre?" (Lucas 2:49)
Pero ellos no entendieron las palabras que El les había dicho.
Descendió con sus padres y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y Su madre atesoraba todas estas cosas (las palabras) en su corazón. (Lucas 2:51)
Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura (edad) y en gracia para con Dios y los hombres. (Lucas 2:52)
En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes (Antipas, hijo de Herodes el Grande) tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de la región de Iturea y Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia, (Lucas 3:1)

Otras publicaciones relacionadas con "Lucas 2:50":

Dr. Roberto Miranda
Discerniendo los tiempos
El autor habla sobre la importancia de entender los tiempos en que vivimos y discernir lo que Dios está haciendo en nuestras vidas y en el mundo en general. Se refiere a la confusión y temor que se vive en el mundo actual debido a la rebeldía contra Dios y la ética bíblica. También menciona la apostasía y herejía que se ve en algunas iglesias en la actualidad. El autor enfatiza en la necesidad de vivir la vida a nivel macro, de acuerdo al plan de Dios, y no a nivel micro, enfocado sólo en nuestras vidas cotidianas.


Dr. Roberto Miranda
El que no nace de nuevo no puede ver el Reino de Dios
En este sermón, el Pastor explica la importancia de la entrega total de nuestras vidas a Cristo y la necesidad de renunciar a todo lo que no sea de Dios. Utiliza la historia de Nicodemo para ilustrar la necesidad de renacer de nuevo en Cristo y ser transformados.


Lucas 2:50 - Referencia Cruzada

Pero ellos no entendían estas palabras, y les estaban veladas para que no las comprendieran; y temían preguntar a Jesús acerca de ellas. (Lucas 9:45)
Pero ellos no comprendieron nada de esto. Este dicho les estaba encubierto, y no entendían lo que se les decía. (Lucas 18:34)
Pero ellos no entendían lo que les decía, y tenían miedo de preguntar a Jesús. (Marcus 9:32)