Cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: "¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!"
(Marcus 10:47)Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: "¡Hijo de David, ten misericordia de mí!"
(Marcus 10:48)Jesús se detuvo y dijo: "Llámenlo." Y llamaron al ciego, diciéndole: "¡Anímate! Levántate, que te llama."
(Marcus 10:49)Arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús.
Y dirigiéndose a él, Jesús le preguntó: "¿Qué deseas que haga por ti?" Y el ciego Le respondió: "Raboní (Mi Maestro), que recobre la vista."
(Marcus 10:51)Vete, tu fe te ha sanado," le dijo Jesús. Al instante el ciego recobró la vista, y Lo seguía por el camino.
(Marcus 10:52)Cuando se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, cerca del Monte de los Olivos, Jesús envió a dos de Sus discípulos,
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Marcus 10:50 - Referencia Cruzada
Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo.
(Filipenses 3:7)Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia (perseverancia) la carrera que tenemos por delante,
(Hebreos 12:1)