Porque cualquiera que hace la voluntad de Dios, ése es Mi hermano, y hermana y madre."
(Marcus 3:35)
Comenzó Jesús a enseñar de nuevo junto al mar; y se llegó a El una multitud tan grande que tuvo que subirse a una barca que estaba en el mar, y se sentó; y toda la multitud estaba en tierra a la orilla del mar.
(Marcus 4:1)
Les enseñaba muchas cosas en parábolas, y les decía en Su enseñanza:
(Marcus 4:2)
Escuchen: El sembrador salió a sembrar;
y al sembrar, una parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron.
(Marcus 4:4)
Otra parte cayó en un pedregal donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó por no tener profundidad de tierra.
(Marcus 4:5)
Pero cuando salió el sol, se quemó, y por no tener raíz, se secó.
(Marcus 4:6)
Otras publicaciones relacionadas con "Marcus 4:3":
Marcus 4:3 - Referencia Cruzada
Todos los sedientos, vengan a las aguas; Y los que no tengan dinero, vengan, compren y coman. Vengan, compren vino y leche Sin dinero y sin costo alguno.
(Isaías 55:1)
Si alguno tiene oídos para oír, que oiga."
(Marcus 4:23)
Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once apóstoles , alzó la voz y les declaró: "Hombres de Judea y todos los que viven en Jerusalén, sea esto de su conocimiento y presten atención a mis palabras.
(Hechos 2:14)
Jesús decía también: "El reino de Dios es como un hombre que echa semilla en la tierra,
(Marcus 4:26)
Ahora pues, hijos míos, escúchenme, Y presten atención a las palabras de mi boca.
(Proverbios 7:24)
Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento.
(1 Corintios 3:6)
Escucha, hija, presta atención e inclina tu oído; Olvídate de tu pueblo y de la casa de tu padre.
(Salmos 45:10)
Cuando el trigo brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña.
(Mateo 13:26)
Escuchen y oigan mi voz, Presten atención y oigan mis palabras.
(Isaías 28:23)
Escúchenme ustedes, duros de corazón, Que están lejos de la justicia.
(Isaías 46:12)
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda."'"
(Apocalipsis 2:11)
Escúchenme, casa de Jacob, Y todo el remanente de la casa de Israel, Los que han sido llevados por Mí desde el vientre, Cargados desde la matriz.
(Isaías 46:3)
De mañana siembra tu semilla Y a la tarde no des reposo a tu mano, Porque no sabes si esto o aquello prosperará, O si ambas cosas serán igualmente buenas.
(Eclesiastés 11:6)
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios."'"
(Apocalipsis 2:7)
Jesús les contó otra parábola: "El reino de los cielos puede compararse a un hombre que sembró buena semilla en su campo.
(Mateo 13:24)
Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos.
(Hebreos 2:1)
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias."'"
(Apocalipsis 2:29)
Vengan, hijos, escúchenme; Les enseñaré el temor del SEÑOR.
(Salmos 34:11)
Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: "El sembrador salió a sembrar;
(Mateo 13:3)
Ahora pues, oh Israel, escucha los estatutos y los decretos que yo les enseño para que los cumplan, a fin de que vivan y entren a tomar posesión de la tierra que el SEÑOR, el Dios de sus padres, les da.
(Deuteronomio 4:1)
El sembrador salió a sembrar su semilla. Al sembrarla, una parte cayó junto al camino, y fue pisoteada y las aves del cielo se la comieron.
(Lucas 8:5)
¿No dicen ustedes: 'Todavía faltan cuatro meses, y después viene la siega'? Pero Yo les digo: alcen sus ojos y vean los campos que ya están blancos para la siega.
(Juan 4:35)
Ahora pues, hijos, escúchenme, Porque bienaventurados son los que guardan mis caminos.
(Proverbios 8:32)
El sembrador siembra la palabra.
(Marcus 4:14)
Llamando de nuevo a la multitud, Jesús les decía: "Escuchen todos lo que les digo y entiendan:
(Marcus 7:14)
Hermanos míos amados, escuchen: ¿No escogió Dios a los pobres de este mundo para ser ricos en fe y herederos del reino que El prometió a los que Lo aman?
(Santiago 2:5)
Y añadió: "El que tiene oídos para oír, que oiga."
(Marcus 4:9)