Llamándolos junto a El, Jesús les hablaba en parábolas: "¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?
(Marcus 3:23)Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede perdurar.
(Marcus 3:24)Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá permanecer.
(Marcus 3:25)Y si Satanás se ha levantado contra sí mismo y está dividido, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.
Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes si primero no lo ata; entonces podrá saquear su casa.
(Marcus 3:27)En verdad les digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias con que blasfemen,
(Marcus 3:28)pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo no tiene jamás perdón, sino que es culpable de pecado eterno."
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