Nueva Biblia Latinoamericana
Te vieron los montes y temblaron, El diluvio de aguas pasó; Dio el abismo su voz, Levantó en alto sus manos. (Habacuc 3:10)
El sol y la luna se detuvieron en su sitio; A la luz de Tus flechas se fueron, Al resplandor de Tu lanza fulgurante. (Habacuc 3:11)
Con indignación marchaste por la tierra; Con ira pisoteaste las naciones. (Habacuc 3:12)
Saliste para salvar a Tu pueblo, Para salvar a Tu ungido. Destrozaste la cabeza de la casa del impío, Descubriéndolo de arriba abajo. (Selah)
Traspasaste con sus propios dardos La cabeza de sus guerreros Que irrumpieron para dispersarnos; Su regocijo fue como el de los que devoran en secreto a los oprimidos. (Habacuc 3:14)
Marchaste por el mar con Tus caballos, En el oleaje de las inmensas aguas. (Habacuc 3:15)
Oí, y se estremecieron mis entrañas; A Tu voz temblaron mis labios. Entra podredumbre en mis huesos, Y tiemblo donde estoy. Tranquilo espero el día de la angustia, Al pueblo que se levantará para invadirnos. (Habacuc 3:16)

Otras publicaciones relacionadas con "Habacuc 3:13":

Fabiana Manzewitsch
La obra extraña del Señor
En este artículo se habla sobre la obra extraña de Dios y cómo Él puede llevarnos a situaciones incómodas para obrar en nosotros. Se destacan dos pasajes bíblicos donde se enfatiza la importancia de la adoración y la sensibilidad a los vientos del Espíritu. El predicador anima a la congregación a buscar la presencia de Dios y estar atentos a Sus nuevas estrategias.


Charles Spurgeon
Los consuelos del Señor
Artículo sobre la promesa de Dios de tener misericordia para con los afligidos y la importancia de adorarle con corazones creyentes.


Habacuc 3:13 - Referencia Cruzada

Y a la medianoche, el SEÑOR hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono, hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito del ganado. (Éxodo 12:29)
Josué capturó todas las ciudades de estos reyes, y a todos sus reyes. Los hirió a filo de espada y los destruyó por completo, tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado. (Josué 11:12)
Entonces Moisés y los Israelitas cantaron este cántico al SEÑOR, y dijeron: "Canto al SEÑOR porque ha triunfado gloriosamente (es exaltado en gran manera); Al caballo y a su jinete ha arrojado al mar. (Éxodo 15:1)
Perseguí a mis enemigos y los alcancé; Y no me volví hasta acabarlos. (Salmos 18:37)
Ahora sé que el SEÑOR salva a Su ungido; Le responderá desde Su santo cielo Con la potencia salvadora de Su diestra. (Salmos 20:6)
Juzgará entre las naciones, Las llenará de cadáveres, Quebrantará cabezas sobre la ancha tierra. (Salmos 110:6)
Una vez hablaste en visión a Tus santos, Y dijiste: "He ayudado a un poderoso; He exaltado a uno escogido de entre el pueblo. (Salmos 89:19)
Bendito sea el Señor, que cada día lleva nuestra carga, El Dios que es nuestra salvación. (Selah) (Salmos 68:19)
No toquen a Mis ungidos, Ni hagan mal a Mis profetas." (Salmos 105:15)
Pero Moisés dijo al pueblo: "No teman; estén firmes y vean la salvación que el SEÑOR hará hoy por ustedes. Porque los Egipcios a quienes han visto hoy, no los volverán a ver jamás. (Éxodo 14:13)
Envió a Moisés Su siervo, Y a Aarón a quien había escogido. (Salmos 105:26)
Entonces Su pueblo se acordó de los días antiguos, de Moisés. ¿Dónde está el que los sacó del mar con los pastores de Su rebaño? ¿Dónde está el que puso Su Santo Espíritu en medio de ellos, (Isaías 63:11)
Tú dividiste el mar con Tu poder; Quebraste las cabezas de los monstruos en las aguas. (Salmos 74:13)
Cuando llevaron estos reyes a Josué, Josué llamó a todos los hombres de Israel, y dijo a los jefes de los hombres de guerra que habían ido con él: "Acérquense, pongan su pie sobre el cuello de estos reyes." Ellos se acercaron y pusieron los pies sobre sus cuellos. (Josué 10:24)
Como rebaño guiaste a Tu pueblo Por mano de Moisés y de Aarón. (Salmos 77:20)
Moisés y Aarón estaban entre Sus sacerdotes, Y Samuel entre los que invocaron Su nombre; Ellos clamaron al SEÑOR, y El les respondió. (Salmos 99:6)
Y el SEÑOR los entregó en manos de Israel, los derrotaron y los persiguieron hasta Sidón la grande, hasta Misrefot Maim y hasta el Valle de Mizpa al oriente. Los hirieron hasta que no les quedó sobreviviente alguno. (Josué 11:8)
Oh Dios, cuando saliste al frente de Tu pueblo, Cuando marchaste por el desierto, (Selah) (Salmos 68:7)
El SEÑOR es la fuerza de su pueblo, Y El es defensa salvadora de Su ungido. (Salmos 28:8)
A todos estos reyes y sus territorios los capturó Josué de una vez, porque el SEÑOR, Dios de Israel, combatía por Israel. (Josué 10:42)
Mientras huían delante de Israel, cuando estaban en la bajada de Bet Horón, el SEÑOR arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca y murieron. Y fueron más los que murieron por las piedras del granizo que los que mataron a espada los Israelitas. (Josué 10:11)