Nueva Biblia Latinoamericana
Los libraré de todas sus inmundicias; llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no traeré hambre sobre ustedes. (Ezequiel 36:29)
Y multiplicaré el fruto de los árboles y el producto del campo, para que no reciban más el oprobio del hambre entre las naciones. (Ezequiel 36:30)
Entonces se acordarán de sus malos caminos y de sus obras que no eran buenas, y se aborrecerán a ustedes mismos por sus iniquidades y por sus abominaciones. (Ezequiel 36:31)
No hago esto por ustedes," declara el Señor DIOS, "sépanlo bien. Avergüéncense y abochórnense de su conducta, casa de Israel."
Así dice el Señor DIOS: "En el día que Yo los limpie de todas sus iniquidades, haré que las ciudades sean habitadas y las ruinas reedificadas. (Ezequiel 36:33)
La tierra desolada será cultivada en vez de ser desolación a la vista de todo el que pasa. (Ezequiel 36:34)
Y dirán: 'Esta tierra desolada se ha hecho como el huerto del Edén; y las ciudades desiertas, desoladas y arruinadas están fortificadas y habitadas.' (Ezequiel 36:35)

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Ezequiel 36:32 - Referencia Cruzada

¿Qué fruto tenían entonces en aquellas cosas de las cuales ahora se avergüenzan? Porque el fin de esas cosas es muerte. (Romanos 6:21)
No es por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón que vas a poseer su tierra, sino que por la maldad de estas naciones el SEÑOR tu Dios las expulsa de delante de ti, para confirmar el pacto que el SEÑOR juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. (Deuteronomio 9:5)
para que recuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca a causa de tu humillación, cuando Yo te haya perdonado por todo lo que has hecho," declara el Señor DIOS. (Ezequiel 16:63)
Inclina Tu oído, Dios mío, y escucha. Abre Tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual se invoca Tu nombre. Pues no es por nuestros propios méritos que presentamos nuestras súplicas delante de Ti, sino por Tu gran compasión. (Daniel 9:18)
El nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según Su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad, (2 Timoteo 1:9)
y dije: "Dios mío, estoy avergonzado y confuso para poder levantar mi rostro a Ti, mi Dios, porque nuestras iniquidades se han multiplicado por encima de nuestras cabezas, y nuestra culpa ha crecido hasta los cielos. (Esdras 9:6)
Por tanto, dile a la casa de Israel: 'Así dice el Señor DIOS: "No es por ustedes, casa de Israel, que voy a actuar, sino por Mi santo nombre, que han profanado entre las naciones adonde fueron. (Ezequiel 36:22)
Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros. (Tito 3:3)
para vivir el tiempo que le queda en la carne, ya no para las pasiones humanas, sino para la voluntad de Dios. (1 Pedro 4:2)