Nueva Biblia Latinoamericana
Mientras la tierra permanezca, La siembra y la siega, El frío y el calor, El verano y el invierno, El día y la noche, Nunca cesarán." (Génesis 8:22)
Y Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: "Sean fecundos y multiplíquense, y llenen la tierra. (Génesis 9:1)
El temor y el terror de ustedes estarán sobre todos los animales de la tierra, sobre todas las aves del cielo, en todo lo que se arrastra sobre el suelo, y en todos los peces del mar. En su mano son todos entregados. (Génesis 9:2)
Todo lo que se mueve y tiene vida les será para alimento. Todo lo doy a ustedes como les di la hierba verde.
Pero carne con su vida, es decir, con su sangre, no comerán. (Génesis 9:4)
De la sangre de ustedes, de la vida de ustedes, ciertamente pediré cuenta: a cualquier animal, y a cualquier hombre, pediré cuenta; de cada hombre pediré cuenta de la vida de un ser humano. (Génesis 9:5)
El que derrame sangre de hombre, Por el hombre su sangre será derramada, Porque a imagen de Dios Hizo El al hombre. (Génesis 9:6)

Otras publicaciones relacionadas con "Génesis 9:3":

Alberto González Muñoz
Nuestro día final
Artículo sobre el día final y la importancia de vivir una vida piadosa según la Biblia


Dr. Roberto Miranda
Cuando el maná cesa
En este artículo el Dr. Roberto Miranda reflexiona sobre la provisión temporal de Dios para los israelitas en el desierto y cómo esto es un paradigma para la vida cristiana en la que Dios nos enseña a depender de Él cada día y a caminar por fe en su provisión diaria. También habla sobre la importancia de entrar en la madurez en Él, conquistar cosas para Dios y ser restaurados a la gloria deseada como iglesia. El orador insta a la congregación a hacer un compromiso serio con Dios y a clamar por su ayuda para vivir como un pueblo verdadero.


Génesis 9:3 - Referencia Cruzada

También les dijo Dios: "Miren, Yo les he dado a ustedes toda planta que da semilla que hay en la superficie de toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla; esto les servirá de alimento. (Génesis 1:29)
Había en él toda clase de cuadrúpedos y reptiles de la tierra, y aves del cielo. (Hechos 10:12)
Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo. (Romanos 14:17)
El que come no desprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado. (Romanos 14:3)
No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. En realidad, todas las cosas son limpias, pero son malas para el hombre que escandaliza (que ofende) a otro al comer. (Romanos 14:20)
No comerás nada abominable. (Deuteronomio 14:3)
El SEÑOR habló de nuevo a Moisés y a Aarón: (Levítico 11:1)
Coman de todo lo que se vende en la carnicería sin preguntar nada por motivos de conciencia, (1 Corintios 10:25)
Todo es lícito, pero no todo es de provecho. Todo es lícito, pero no todo edifica. (1 Corintios 10:23)
Por tanto, que nadie se constituya en juez de ustedes (nadie los juzgue) con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo, (Colosenses 2:16)
Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios. (1 Corintios 10:31)
Yo sé, y estoy convencido en el Señor Jesús, de que nada es inmundo en sí mismo; pero para el que estima que algo es inmundo, para él lo es. (Romanos 14:14)
El hace brotar la hierba para el ganado, Y las plantas para el servicio del hombre, Para que él saque alimento de la tierra, (Salmos 104:14)
no manipules, no gustes, no toques," (Colosenses 2:21)
Sin embargo, podrás matar y comer carne dentro de todas tus puertas (tus ciudades), conforme a tu deseo, según la bendición que el SEÑOR tu Dios te ha dado; el inmundo y el limpio podrán comerla, como si fuera de gacela o de ciervo. (Deuteronomio 12:15)
No comerá animal que muera o sea despedazado por fieras, contaminándose por ello; Yo soy el SEÑOR. (Levítico 22:8)
Esos prohibirán casarse y mandarán abstenerse de algunos alimentos, que Dios los ha creado para que con acción de gracias participen de ellos los que creen y que han conocido la verdad. (1 Timoteo 4:3)