Nueva Biblia Latinoamericana
A espada caerán; en los confines de Israel los juzgaré; y sabrán que Yo soy el SEÑOR. (Ezequiel 11:10)
Esta ciudad no será olla para ustedes, ni ustedes serán carne en medio de ella; hacia los confines de Israel los juzgaré. (Ezequiel 11:11)
Así sabrán que Yo soy el SEÑOR; porque no han andado en Mis estatutos ni han cumplido Mis ordenanzas, sino que han obrado conforme a las costumbres de las naciones que los rodean."'" (Ezequiel 11:12)
Y mientras yo profetizaba, Pelatías, hijo de Benaía, murió. Entonces caí sobre mi rostro, y clamé a gran voz: "¡Ah, Señor DIOS! ¿Vas a acabar por completo con el remanente de Israel?"
Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR: (Ezequiel 11:14)
Hijo de hombre, tus hermanos, tus parientes, los hombres en el destierro contigo y toda la casa de Israel, todos ellos, son aquéllos a quienes los habitantes de Jerusalén han dicho: 'Aléjense del SEÑOR; a nosotros se nos ha dado esta tierra en posesión.' (Ezequiel 11:15)
Por tanto, di: 'Así dice el Señor DIOS: "Aunque los había echado lejos entre las naciones, y aunque Yo los había dispersado por las tierras, sin embargo fui para ellos un santuario por poco tiempo en las tierras adonde habían ido."' (Ezequiel 11:16)

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Ezequiel 11:13 - Referencia Cruzada

David alzó sus ojos y vio al ángel del SEÑOR que estaba entre la tierra y el cielo, con una espada desenvainada en su mano, extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los ancianos, vestidos de cilicio, cayeron sobre sus rostros. (1 Crónicas 21:16)
Y el profeta Jeremías dijo al profeta Hananías: "Escucha ahora, Hananías, el SEÑOR no te ha enviado, y tú has hecho que este pueblo confíe en una mentira. (Jeremías 28:15)
Entonces el Espíritu me levantó y me llevó a la puerta oriental de la casa del SEÑOR que mira al oriente. Y a la entrada de la puerta había veinticinco hombres, y entre ellos vi a Jaazanías, hijo de Azur, y a Pelatías, hijo de Benaía, jefes del pueblo. (Ezequiel 11:1)
Cuando el rey oyó la palabra que el hombre de Dios había clamado contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar y dijo: "¡Préndanlo!" Pero la mano que extendió contra él se le quedó rígida, de modo que no podía volverla hacia sí. (1 Reyes 13:4)
Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró; y vino un gran temor sobre todos los que lo supieron. (Hechos 5:5)
El dijo que los hubiera destruido, De no haberse puesto Moisés, Su escogido, en la brecha delante de El, A fin de apartar Su furor para que no los destruyera. (Salmos 106:23)
Profeticé, pues, como me fue mandado; y mientras yo profetizaba hubo un ruido, y luego un estremecimiento, y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. (Ezequiel 37:7)
Sucedió que cuando habían terminado de devorar la hierba de la tierra, yo dije: "Señor DIOS, Te ruego que perdones. ¿Cómo podrá resistir Jacob Si es tan pequeño?" (Amós 7:2)
Entonces dije: "Señor DIOS, Te ruego que ceses. ¿Cómo podrá resistir Jacob Si es tan pequeño?" (Amós 7:5)
Por tanto los he despedazado por medio de los profetas, Los he matado con las palabras de Mi boca; Los juicios sobre ti son como la luz que sale. (Oseas 6:5)
Porque ellos apartarán a tus hijos de seguirme para servir a otros dioses; entonces la ira del SEÑOR se encenderá contra ti, y El pronto te destruirá. (Deuteronomio 7:4)
Entonces Josué rasgó sus vestidos y postró su rostro en tierra delante del arca del SEÑOR hasta el anochecer, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas. (Josué 7:6)
Entonces me postré delante del SEÑOR como al principio, por cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo el pecado que habían cometido al hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocando así Su ira. (Deuteronomio 9:18)
Mi carne se estremece por temor a Ti, Y de Tus juicios tengo miedo. (Salmos 119:120)
Mientras herían, quedé yo solo y caí sobre mi rostro; clamé y dije: "¡Ah, Señor DIOS! ¿Destruirás a todo el remanente de Israel derramando Tu furor sobre Jerusalén?" (Ezequiel 9:8)
Ahora, la mano del Señor está sobre ti; te quedarás ciego y no verás el sol por algún tiempo." Al instante niebla y oscuridad cayeron sobre él, e iba buscando quien lo guiara de la mano. (Hechos 13:11)
Yo, el SEÑOR, he hablado; ciertamente esto haré a toda esta perversa congregación que se han juntado contra mí. En este desierto serán destruidos, y aquí morirán.'" (Números 14:35)
Por tanto su desgracia vendrá de repente; Al instante será quebrantado, y no habrá remedio. (Proverbios 6:15)
Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró. Al entrar los jóvenes, la hallaron muerta; entonces la sacaron y le dieron sepultura junto a su marido. (Hechos 5:10)